Las procuradurías de protección de niñas, niños y adolescentes de todo el país atendieron, durante 2023, alrededor de 700 mil casos de menores con antecedentes de violencia familiar, que han sufrido lesiones, omisión de cuidados o actos de negligencia, de abandono por parte de los padres y algunos casos se relacionan con delitos sexuales, informó el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF).
“Un niño con discapacidad sufren un nivel preocupante de abandono por parte de sus padres”, explicó en entrevista con MILENIO, Oliver Castañeda Correa, procurador Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del SNDIF.
En 2023, de acuerdo con el informe de labores, se logró incorporar a 10 mil 645 menores con familias extensa o ampliadas, es decir, con abuelos, tíos, primos con los que mantienen un parentesco consanguíneo o bien una relación significativa, en tanto se generan todas las condiciones para que sean reintegrados a su núcleo familiar de origen.
“Se buscan a persona de la familia extensa o ampliada que sea idónea para recibirlos y otorgarles protección, seguridad y amor”, detalló.
De no encontrarse esos lazos, los menores se ubican en alguno de los 725 Centros de Asistencia Social, autorizados por las procuradurías de protección, ya sean públicos o privados. En esa situación, en el 2023, se encuentran alrededor de 4 mil menores.
“Si los niños ingresan a un centro de asistencia social, las procuradurías de protección se encargan de dar seguimiento sobre su desarrollo en esos espacios que, en su mayoría, corresponden al SNDIF o a organizaciones de la sociedad civil. Ahí reciben cuidados integrales de manera temporal en tanto que se generan las condiciones para que regresen a su entorno familiar”.
Hasta la fecha suman un total de 13 mil menores que se encuentran en los Centros de Asistencia Social.
“Ingresan por situaciones de violencia en sus entornos, sobre todo familiar; en menor medida son niños que quedaron huérfanos. Se hace toda una intervención para lograr que la gran mayoría de los niños tengan la posibilidad de regresar a sus hogares de origen y sean colocados definitivamente en su entorno familiar, claro, una vez superadas las situaciones por las cuales fueron expuestos sus derechos”.
En caso de que los padres y la familia extensa o ampliada no puedan garantizar el bienestar integral del menor, aseveró, se consideran a las llamadas familias de acogida.
El 29 de junio 2020 se publicó el Programa Nacional de Familias de Acogidas (PRONFAC), el cual, arrancó en 20 entidades federativas bajo una estricta certificación.
A la fecha, el SNDIF, en su informe 2024, tiene un registro de 226 niños y adolescentes que reciben cuidados alternativos por personas que no tienen ningún vínculo consanguíneo.
En la actualidad, explicó, en el país ya se cuenta con 403 familias que tienen la certificación con dos años de vigencia para recibir temporalmente a un menor otorgándoles un espacio seguro, amoroso, de respeto y de cuidados. “Si esas condiciones no se dan, entonces permanecen en los centros asistenciales”, aclaró.
Las familias de acogidas deben de cumplir con diversos requisitos de manutención, otorgamiento de techo, educación, atención médica, alimento, cuidados, recreación. No deben tener adicciones y deben pasar por una serie de filtros estrictos, entre ellos, contar con tiempo. Todo el proceso de acogida es temporal, en tanto el menor es integrado con su familia de origen y estas resuelven algún asunto jurídico y legal.
Una familia de acogida, refirió, necesita pasar por una serie de entrevistas de tipo psicológico, de trabajo social, someterse a estudios médicos, toxicológicos, pueden estar casados o no, un soltero puede procurar a un menor. Se supervisa el entorno de la familia o de la persona, incluso comunitario, cómo interactuarían con ese menor y deben presentar documentos que acrediten su situación financiera actual.
“Los menores que se encuentran con familias de acogidas son aquellos que pueden tener un retorno más prolongado con su familia de origen. Algunos son adolescentes que tienen mayor dificultad para ser adoptados, incluso, se espera que en ese proceso desarrollen las fortalezas para tener una vida independiente”, refirió,
En las familias de acogida, añadió, se busca colocar a menores con discapacidad que, lamentablemente, fueron abandonados por sus parientes consanguíneos. “Hemos tenido casos de éxito en el país en el que las familias de acogida se hacen cargo de niños con situaciones de salud complicadas”, precisó.
“Solamente en los casos donde ya no es posible que los niños y adolescentes puedan regresar definitivamente con su familia, con sus padres o con quienes ejercen la patria potestad o tutela, es que ya pasamos a otro mecanismo conocido como la adopción.
“Pero no son más del 10 por ciento de los niños que tenemos en centros asistenciales, estamos hablando de alrededor de 1 mil 300 son, los que hoy en día, son susceptibles de ser adoptados en el país”, aclaró.
Se trata de menores que, en algunos casos, resultó imposible de localizar a sus padres o familiares, “hacemos búsquedas, además certificamos las condiciones de exposición y abandono para poder proceder al tema de la adopción”.
ROA