Alcalde de Altamira deja sin democracia a ejido

En Villa Cuauhtémoc continúa la anarquía porque se lanzó una terna fraudulenta, afirma abogado.

Ayuntamiento de Altamira
Cristina Gómez
Altamira /

Armando Martínez Manríquez está dejando a la población de Villa Cuauhtémoc sin democracia, pues a seis meses de gobierno no hay delegado municipal en esa comunidad, tras cancelarse la convocatoria que ya se había lanzado, afirmó el abogado Pedro Zaleta Alonso.

“Sigue la anarquía”, expuso el jurista, al señalar que al sector le urge tener un representante que haga gestiones a nombre de quienes ahí viven, y poder elegirlo por la vía democrática con la participación de todos.

“Primero se lanza una convocatoria fraudulenta supuestamente para elegir delegado, pero sería el cabildo quien designaría de entre una terna ganadora al triunfador”.


Explicó que la convocatoria la emitieron para que la gente se organizara y eligiera, pero resulta que aunque un determinado aspirante se registrara y ganara, podía no ser finalmente el delegado porque el cabildo iba a tener la última palabra.

Y es que de los tres primeros lugares, esa terna ganadora se iba a someter al cabildo para decidir el triunfador, de tal manera que ya no se ejercería la democracia ciudadana.

“Era una simulación, el alcalde prometió en campaña que ellos iban a elegir a su delegado y ahora en funciones les lanzó una convocatoria forzada, simulada y fraudulenta, al pedir que elijan una terna y que el cabildo designe”.


Zaleta agregó que el ayuntamiento debió pedir propuestas en un plazo de los primeros sesenta días de gobierno pero nunca lo hizo, y ahora después de ese intento de elección, cancelaron la convocatoria.

“Los habitantes de Villa Cuauhtémoc quedaron peor ahora porque esa convocatoria se canceló pero ya no se sabe qué va a pasar, los vecinos temen que les impongan un delegado interino por el temor del alcalde de que se elija a alguien no afin a los intereses de él”.

Zaleta Alonso sostuvo que Armando Martínez está generando la anarquía pues se niega a la democracia, olvidando la participación ciudadana que ordena la ley.

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