“El PRI está de regreso”. Las batucadas, las vestimentas rojas, las porras, las selfies, los abrazos y los motes de líder —sepultado con José Antonio Meade durante los comicios presidenciales pasados— volvieron de la mano de Alejandro Moreno.
Luego de arrasar en el proceso interno, con 83 por ciento de las preferencias, Alito afirmó que el PRI está hecho para ganar las próximas elecciones y ser una oposición crítica y responsable ante las ocurrencias y los errores del gobierno que encabeza AMLO.
Tras 12 años de dedazos que caracterizó la selección del máximo líder priista, ayer se vivió una jornada de voto libre, secreto y directo, reeditando lo que en la dos ediciones anteriores les dejó heridas y divisiones internas.
No obstante que durante las campañas los aspirantes cruzaron descalificaciones de todo tipo, el virtual ganador extendió la mano a sus adversarias para sumarse a su proyecto y revivir al PRI.
La jornada de ayer fue calificada de “histórica” por el presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos, Rubén Escajeda, quien informó que únicamente no se pudieron instalar 10 casillas de las 6 mil 150 en todo el país.
A lo largo del día las redes sociales del tricolor presumieron cómo algunos de sus militantes más destacados acudieron al llamado de las urnas, entre otros los gobernadores de Oaxaca, Alejandro Murat; de Colima, Ignacio Peralta, y del Estado de México, Alfredo del Mazo; también los senadores Miguel Ángel Osorio Chong y Manuel Añorve.
Los que brillaron por su ausencia fueron los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto. Los ex líderes nacionales, los de la derrota de 2018, Enrique Ochoa, René Juárez Cisneros, así como la actual dirigente Claudia Ruiz Massieu tampoco evidenciaron su participación.
A través de las redes, Ivonne Ortega denunció irregularidades como la compra de votos, sufragios ilegales, e incluso acusó al secretario general, Arturo Zamora, de votar con una credencial falsa, por lo que el presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos, Rubén Escajeda, llamó a presentar las vías legales correspondientes.
Tras el cierre de casillas, el Hotel Sevilla Palace de Ciudad de México se llenó de seguidores de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano. Las batucadas, las porras, las vestimentas, los abrazos y las felicitaciones regresaron.
Moreno calificó de “absolutamente irreversible” la tendencia; tanto Consulta Mitofsky como las actas señalan 83 por ciento de las preferencias a su favor.