Tamaulipas ha sido uno de los estados más afectados por el fracking*, llegando a haber hasta más de cien pozos activos en el norte del estado, de acuerdo con una investigación que ambientalistas llevaron a cabo, por lo que exigen a legisladores de la oposición no politizar la reforma presidencial para elevar a rango constitucional su prohibición, y aprobar el proyecto.
La Asociación de Abogados Ambientalistas de Tamaulipas, se pronunció por llevar la propuesta a la realidad, para evitar mayores daños ecológicos por la fractura hidráulica que ha causado contaminación al medio ambiente. El presidente del organismo no gubernamental, Ricardo Cruz Haro, señaló que “se ha luchado mucho para evitarla, así que ahora se debe aprobar y que los diputados del bloque opositor no politicen el tema”.
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Expuso que “Tamaulipas ha sido una de las entidades más afectadas por el fracking; se observaron más de cien pozos activos en una investigación que realizamos hace tiempo en el norte del estado, donde la amenaza de mayores daños ecológicos por esta práctica ha estado latente, de manera que ahora celebramos la propuesta del presidente sobre el tema”.
Área más explotada en Tamaulipas
Detalló el activista que fue en los municipios de Reynosa, Río Bravo, San Fernando, Méndez y Burgos donde se detectaron los pozos, siendo el área más explotada la conocida como Cuenca de Burgos, “y en donde empresas extranjeras tienen más de diez años explotando estos pozos con tendencia a aumentar”.
Sin embargo, Cruz Haro subrayó que es un método que estaría por desaparecer en México, de aprobarse la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para su prohibición definitiva, al igual que la minería a cielo abierto.
“Los grupos ambientalistas que hemos colaborado en la lucha contra la extracción de hidrocarburos a través de la fractura del subsuelo celebramos la iniciativa, pues el fracking ha sido una práctica que enorme contaminación produce a nuestras aguas subterráneas por muchos años”.
Sostuvo que Abogados Ambientalistas, de la mano con organizaciones civiles como “Agua Para Todos, Agua Para la Vida”, que aglutina a más de 150 agrupaciones sociales de todo el país, lucharon por detener el fracking que hace seis años apuntó sus baterías hacia Nuevo Laredo, pero que se frenó de manera temporal.
“Con la reforma propuesta por López Obrador estamos a un paso de que desaparezca por completo, lo que redundará en la recuperación paulatina de las aguas subterráneas, liberándolas de la amenaza de esta práctica que utiliza decenas de sustancias químicas, muchas de ellas cancerígenas”, recalcó.
En los últimos años, Abogados Ambientalistas ha llevado conferencias y protestas a diversos municipios de Tamaulipas, apoyando además acciones civiles en otras entidades como Veracruz y San Luis Potosí.
“Geólogos, biólogos e ingenieros químicos presentes en nuestros eventos han coincidido en la importancia de difundir la información que se oculta de esta técnica, ya que si bien representa millonarias ganancias para gobierno e inversionistas, el precio a pagar es muy caro por la pérdida de áreas naturales, flora y fauna como ya está ocurriendo en las costas”, advirtió Ricardo Cruz.
¿Qué es el fracking?
La fracturación hidráulica, (también conocida por el término en inglés fracking) es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo.
Consiste en la perforación de un pozo vertical u horizontal, entubado y cementado, a más de 2,500 metros de profundidad, con el objetivo de generar uno o varios canales de elevada permeabilidad a través de la inyección de agua a alta presión, de modo que supere la resistencia de la roca y abra una fractura controlada en el fondo del pozo, en la sección deseada de la formación contenedora del hidrocarburo.
Esta agua a presión es mezclada con algún material apuntalante y productos químicos, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y que son típicamente menores de 1 mm, y favorecer así su salida hacia la superficie.
SJHN