Después de la pifia que significó la fuga del Penal del Altiplano, mantener en prisión a Guzmán Loera constituía una carga para el gobierno de Peña Nieto. La llegada de Trump a la Casa Blanca supone el riesgo de que los nuevos responsables de gestionar la extradición desde Estados Unidos (que incluirán al polémico Fiscal General, Jeff Sessions) pusieran trabas que demoraran indefinidamente el proceso. No se puede descartar que desde Los Pinos se exhortara al Poder Judicial a emitir un fallo para concretar la extradición en los términos acordados con la administración de Obama.
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