¡Aquí está su gente, señor dirigente!

Crónica

En el templete había 50 líderes sindicales más, pero ‘Napito’ fue el único con porra en primera fila.

El ahora senador por Morena. (Ariana Pérez)
José Antonio Belmont
Ciudad de México /

Después de 13 años, Napito volvió a las calles con su "gente" para un Día del Trabajo. Y no fue un dirigente sindical más en la plancha del Zócalo: senador por el partido político dominante y presidente de la nueva central obrera de México que busca desbancar a las organizaciones priistas.

Para el denominado Encuentro nacional de dirigentes, Napoleón Gómez Urrutia decidió portar un chaleco y una playera roja de manga larga, color distintivo del sindicato del cual es secretario general desde hace más de 17 años.

En el templete estuvieron unos 50 líderes más, pero Napito fue el único con porra en primera fila: decenas de mineros, quienes portaron playeras que tenían impreso el rostro de su "máximo líder", no pararon de vitorearlo.

"¡Aquí está su gente, señor dirigente!", "¡Allá en Nuevo León nació un chingón de nombre Napoleón, el líder minero de toda la nación", arengaron con el puño derecho en alto.

Faltaban unos minutos para las 11 de la mañana —hora acordada para el inicio del mitin—, y Sergio Beltrán, secretario de Actas del sindicato e incondicional de Gómez Urrutia, tomó el micrófono.

"Hoy, después de tres gobiernos, logramos la victoria, y eso lo celebramos, porque tenemos un líder que tiene toda la moral para defender a los trabajadores de todo el país", exclamó.

Unos minutos después comenzaron a llegar al primer cuadro los últimos contingentes que marcharon desde distintos puntos. Entonces iniciaron los discursos.

El primero en hablar fue Martín Díaz Covarrubias, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores. Enseguida Jorge Dorantes, líder del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, que tiene más de 90 días en huelga a esa institución educativa.

Para entonces, Gómez Urrutia ya se había acercado al orador para ser el siguiente en tomar la palabra. Cuando Dorantes terminó su discurso, el maestro de ceremonias le acercó el micrófono, pero el dirigente minero hizo una seña para que se lo entregaran a uno de sus cercanos y lo presentara.

"¡Está con nosotros nuestro líder máximo, el compañero Napoleón Gómez Urrutia, senador y presidente de la Confederación Internacional de Trabajadores!", inició Beltrán, para enseguida arengar a sus seguidores: "¡Es un honor estar con Napoleón!", "¡Napoleón no se vende, Napoleón no se va, porque tiene mineros con mucha dignidad!".

Entonces, el secretario de Actas siguió: "Después de 13 años de estar en este templete, nuestro máximo líder hace nuevamente uso de la voz para dirigirse al pueblo mexicano y a los trabajadores de este país como una esperanza por medio de la Confederación Internacional de Trabajadores. Adelante señor, tiene la palabra".

Los 50 mineros en primera fila volvieron a vitorear a Gómez Urrutia, quien ha pasado más tiempo en Canadá que en México como dirigente sindical. Entonces, el senador de Morena comenzó su discurso frente a Palacio Nacional, donde un par de horas más tarde comió, junto a otros líderes sindicales, con el presidente que lo trajo de regreso al país…

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