La Arquidiócesis Primada de México determinó realizar las celebraciones por la Semana Santa a puerta cerrada, con máximo 20 personas en los templos, además suspendió el lavatorio de pies, prohibió besar la cruz y pidió que el viacrucis se realice en familia, todo esto como medida preventiva para evitar el contagio de coronavirus Covid-19.
A través de un comunicado, también abrió la posibilidad de que se cancelen las celebraciones en caso de que la situación lo amerite y sugiere a los feligreses seguir por internet las transmisiones de las celebraciones del "triduo santo".
Por decreto de la Santa Sede y la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Arquidiócesis envió los criterios para realizar las celebraciones por la Semana Santa que inicia el domingo 5 de abril y concluye el domingo 11 del mismo mes.
Como parte de las medidas, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua las celebraciones religiosas se realizarán a puerta cerrada con no más de 20 personas en los templos, mientras que el Jueves Santo, cuando se entregan los óleos, cambiará de fecha y se definirá cuando pase la contingencia.
Se omitirá el lavatorio de pies y la procesión final, la visita de las siete casas también queda suspendida. El Episcopado Mexicano pidió que en todo momento se evite la presencia de nadie con síntomas de enfermedad como son fiebre, tos seca, escurrimiento nasal y dolor de cabeza.
- Te recomendamos Caen ventas en Mercado del Mar por Covid-19 Comunidad
Además, los templos deberán proveer de los instrumentos de sanidad a quien entre y salga del templo donde sea posible.
El Viernes Santo se realizará a puerta cerrada, la Arquidiócesis pidió que en esta celebración se incluya una intención especial pidiendo por los enfermos y difuntos, se dejará la cruz para adoración de los fieles; sin embargo, no se permitirá besarla.
La Iglesia católica pidió que el ciacrucis se celebre en familia y se omita el sermón de las siete palabras. Para el último día de la semana mayor, que es el domingo de resurrección, la Arquidiócesis solicitó que se tome como una oportunidad para celebrar en familia y que el acontecimiento central de la religión católica no pase desapercibido por la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del Covid-19.
"Al contrario, que sea una oportunidad para dar gloria a Dios y agradecer por estar siempre con nosotros, especialmente, en esta situación por la que estamos atravesando", subraya en la misiva.
icc