El activista Arturo Islas reprochó que en el caso de maltrato animal en el santuario Black Jaguar, ubicado en el Ajusco, en la Ciudad de México, hubo omisiones por parte de las autoridades, como la falta de permisos, además de los largos espacios en la periodicidad de las inspecciones realizadas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
También indicó que antes de que el refugio fuera instalado en el predio donde se rescataron a los animales, el empresario obtuvo el permiso de operación en una casa en la colonia Pedregal de San Ángel por parte de la gestión de Rafael Pacchiano en la Secretaría de Medio Ambiente. Por tal motivo, cuestionó el profesionalismo de los especialistas que trabajan en las instituciones públicas y dan luz verde a proyectos que no cumplen con parámetros básicos de cuidados.
“Creo que hay unas omisiones muy fuertes de las autoridades mexicanas, hay una gran responsabilidad de nuestras autoridades y toda estas omisiones fueron llevando a que no se regulara de la manera correcta (el refugio); es alarmante encontrar que el predio no contaba con los permisos necesarios para poder albergar estos felinos, es alarmante que estén en estas condiciones”, señaló en entrevista con Paola Barquet y Héctor Zamarrón para MILENIO Televisión.
“Declaraciones llenas de falsedad, no es cierto que nada más eran ocho los que estaban mal, se trasladaron los primeros al Zoológico de Chapultepec y otros que estaban en grave peligro de morir, los otros felinos que quedan ahí están en pésimas condices de salud, tiene parasitos, están muy bajos de peso; los números son tontamente al revés de lo que decía Eduardo Serio en algunas declaraciones”.
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Islas reviró a la justificación que pretendió emitir Eduardo Serio en la que dijo no haberlos podido alimentar a causa de la crisis por covid-19, por lo que comentó “todos coincidimos que este es un grave maltrato animal y que es un crimen dejar a estos animales sin comer por tanto tiempo y escudarse en una pandemia”.
DMZ