Una de las tradiciones que por décadas reflejó la vida política de México, el Día del Presidente, ha sufrido varios cambios: los recorridos en autos, las marchas de apoyo y los baños de aplausos hacía el primer mandatario se convirtieron en una ceremonia de mera entrega-recepción en San Lázaro.
El Legislativo eliminó la obligatoriedad del Ejecutivo de presentar el documento y, desde entonces, ningún presidente ha vuelto a San Lázaro a entregar su Informe.
Sin embargo, el Presidente en turno ha buscado la forma para reivindicarse ante la nación. Felipe Calderón ya no acudió al Palacio Legislativo de San Lázaro, pero inauguró una nueva manera de dar su mensaje a la nación: el acto multitudinario.
Con un selecto grupo de invitados en Palacio Nacional, lo replicó Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, con lo que regresó el baño de aplausos.
Triunfalista
El Presidente Carlos Salinas de Gortari llegó a su cuarto Informe, no sólo con la recuperada mayoría en el Congreso después de su cuestionado triunfo en 1988, sino también con un control tal que logró modificar la Constitución para devolver derechos políticos al clero y restablecer relaciones con El Vaticano, además de terminar en los hechos con la reforma agraria.
Eran los 1 de septiembre sin clases, de la transmisión del mensaje en cadena nacional y de las calles de la capital tapizadas con banderas de México.
Desdibujado
Ernesto Zedillo emitió su cuarto informe tras perder, un año antes, la mayoría en el Congreso y con las dificultades para convertir en deuda pública el monto del rescate bancario como resultado de la crisis económica que comenzó desde el quinto día de su gobierno. Eran ya los tiempos de la sana distancia del mandatario con el PRI y la antesala de la transición política que se cristalizó en 2000.
El día de furia
El cuarto Informe de Vicente Fox motivó una gigantesca protesta de sindicatos del Seguro Social, de telefonistas y electricistas por la política laboral de la administración; 2 mil policías y soldados sitiaron el Palacio Legislativo. Las movilizaciones desquiciaron la vida de miles de ciudadanos.
El confort
Luego de que la Cámara de Diputados y el Senado cancelaran, vía reforma constitucional, el Día del Presidente, se abrió a Felipe Calderón la zona de confort de Palacio Nacional para dar su informe, sin interrupciones, en confianza y entre los suyos, para decir lo que quiera y como quiera.
El nuevo formato
Al estrenar un nuevo formato en el mensaje posterior a la entrega de su cuarto informe, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo un diálogo con jóvenes donde se le cuestionó qué estaba pensando tras invitar a Donald Trump a nuestro país; inexplicable que el candidato estadunidense, odiado por los mexicanos debido a sus declaraciones, fuera admitido en territorio nacional.
EHR