En la planta almacén de Querétaro de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg), producen 35 mil libros cada 45 minutos.
Cada uno de los ejemplares que estará en manos de los niños para el ciclo escolar 2019-2020 pasa por un proceso meticuloso. Aquí te contamos cómo los hacen.
¿Qué papel se usa?
Los libros no se hacen con cualquier papel. Las empresas que deseen participar en el proceso de licitación deben mandar muestras al laboratorio para determinar cuáles cumplen con los estándares de blancura, porosidad y absorción de tinta.
Sarah García, jefa del departamento de calidad, explicó que estos resultados son enviados al gobierno, a fin de seleccionar a la firma que cumpla con los requisitos.
Tinta especial
El mismo proceso le hacen a las tintas para determinar su viscosidad, calidad en la impresión, brillo, absorción así como la temperatura con la que se deben imprimir.
Además, cuentan con un área para revisar la tensión del papel, donde toma una nuestra de un lote que está por enviarse a los estados y con una máquina se la hace una prueba de flexión, es decir se simula el hojeo en el inicio, centro y final del libro. Cada página debe resistir 400 ciclos.
De la computadora a la impresora
En el área de preprensa se arman los archivos digitales en PDF de cómo se van a imprimir los pliegos, así como los balances de tintas tanto en texto como en las imágenes.
El formador de los pliegos, Miguel García Arellano, explicó que los archivos de los contenidos los reciben directamente de la SEP y en esta área se encargan del montaje y distribución para aprovechar la impresión.
Libros en versión braille
La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito también cuenta con el departamento más grande de América Latina de formación de libros en braille, donde con siete máquinas se traducen cientos de títulos para personas con discapacidad visual.
Antonio García, operador del sistema, destacó la importancia de su departamento, pues es de los pocos que incluso hace imágenes tridimensionales para la solución de problemas geométricos.
Portadas brillantes y dibujos coloridos
Ya en las áreas de impresión, lo primero que se atiende son las portadas que pasan por un proceso detallado de barnizado para que tengan el brillo adecuado.
Posteriormente se cortan y se mandan al área de formación de pliegos. Al mismo tiempo, los pliegos interiores pasan por cuatro impresoras: una es para el texto, que es la de tinta negra y las restantes para los colores y las imágenes que son cian, magenta y amarillo. Ésta es la base de colores que da los distintos tonos de los libros.
Alejandro Castillo, jefe de producción, explicó que se toma una muestra de cada rollo para revisar los tonos con el prototipo.
"En caso de ser necesario uno de los operadores da más cian o magenta para igualar el color y todos salgan del mismo tono. Debemos ser muy cuidadosos".
Los pliegos y las portadas ingresan al área de encuadernado donde, a través de máquinas les ponen pegamento para ensamblar los libros.
Luego corren por bandas para que se enfríen y más tarde sean empaquetados.
Ezequiel Martínez, director general de la impresora-almacén de Querétaro, destacó que se producen cerca de 35 mil libros cada 45 minutos, y afirmó que este año, como desde hace 60, sus trabajadores cumplirán con la entrega de los libros de texto para los niños de México.
nma