Encadenada a las rejas de la Secretaría de Gobernación mientras abrazaba una bandera, se cubría el rosto y cuerpo con pintura que simula ser sangre, Silvia Castillo, madre de Alan Ibarra Castillo, un joven de 16 años encontrado sin vida en marzo de 2019, protestó frente al organismo para exigir justicia en la muerte de su hijo.
Esto, después de tomar la sala de juntas y la oficina principal del edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ubicado en el No. 60 de Cuba en el Centro Histórico, en demanda de que sus exigencias sean atendidas por ese y otros organismos gubernamentales, así como una reunión con el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.
- Te recomendamos Colectivos de mujeres se reúnen con Sánchez Cordero en Segob Política
La señora Silvia originaria de estado de San Luis Potosí regresa a la Ciudad de México a manifestar, afirmando que le prometieron asignarle un detective privado para las investigaciones de los responsables de su hijo y hasta este momento no hay nada claro.
"No quieren vincular a proceso a los asesinos de Alan, porque ellos tienen dinero, me ponen muchas trabas. Ellos andaban con mi hijo y nunca se le investigó a ellos, porque ellos tienen para pagar un abogado, por eso me han obligado a venir aquí al distrito federal".
"Me voy a quedar a morirme aquí, son medidas extremas porque es una injusticia, porque nadie me escucha, porque me prometen y no me cumplen, porque yo venía esperanzada que me cumplieran el punto del detective privado, lo único que pido es justicia", puntualizó Silvia Castillo.
Ante esto, la Secretaría de Gobernación informó que la madre del menor ya fue atendida a través de la Unidad de Apoyo al Sistema de Justicia.
FS