Las candidaturas plurinominales ‘desenterraron’ al político cuya distinción para la asesoría y su cercanía con Enrique Peña Nieto lo perfilaron como su posible sucesor en la Presidencia de México: Aurelio Nuño Mayer.
El nombre de quien el Partido Revolucionario Institucional (PRI) arropó desde sus inicios había figurado en la quiniela del tricolor de cara a los presidenciales del 2018, en un intento por continuar lo que Peña Nieto había ‘recuperado’ en 2012. Sin embargo, Nuño optó por otro camino.
Hijo de padre arquitecto y madre académica, Aurelio Nuño Mayer se graduó de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Iberoamericana (UIA). La excelencia académica le abrió las puertas de la Universidad de Oxford, la cual le otorgó la beca Clarendon para sus estudios de maestría en Estudios Latinoamericanos.
A su regreso a México, el oriundo de la capital recibió la invitación de Luis Videgaray Caso para integrarse a su equipo en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados— la cual lo envió al Estado de México (Edomex) como Coordinador de Mensaje del entonces candidato a la gubernatura, Eruviel Ávila.
Tras lograr en 2011 la sucesión priísta, Aurelio Nuño pasó a ‘las ligas mayores’ y asumió el mismo rol para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Y sólo bastaría de unos años para que se convirtiera en uno de los más cercanos al miembro del Grupo Atlacomulco, hoy auto exiliado en el viejo continente.
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Las memorias de Peña Nieto recuerdan a un Aurelio Nuño “comprometido y entregado a México" de principio a fin en su ejercicio dentro del círculo peñista, al cual, dijo, comenzó a laborar en el 2010.
“Se integró a mi equipo de trabajo (...) primero en el Estado de México y después para acompañarme en la búsqueda por la Presidencia de la República”, comentó el ex presidente en la conferencia que confirmaba la salida de Nuño del grupo peñista.
La tripleta de confianza
En 2012, Enrique Peña Nieto se proclamó vencedor de las elecciones que sacó al Partido Acción Nacional (PAN) del Ejecutivo Federal: “Asumo con emoción, gran compromiso y plena responsabilidad el mandato que los mexicanos me han otorgado“, afirmó ante el atril decorado con el slogan “Ganó México”.
Para septiembre, el presidente electo presentó al equipo de transición encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso en distintas estructuras; siendo con este último donde Aurelio Nuño se integró como Coordinador de Educación. Aunque dichos cargos fueron las antesalas de los puestos de confianza que cada uno debía ocupar del 2012 al 2018.
Luis Videgaray fue designado como titular de la Secretaría de Hacienda y Osorio Chong en la de Gobernación, dos de las dependencias más importantes y que más cercanía prometían con el Jefe del Ejecutivo. En tanto Aurelio Nuño continuaría cosechando esa proximidad desde la Oficina de Presidencia de la República (OPR); figura clave en la toma de decisiones del gobierno.
En dicho encargo el priísta acudió como representante del Gobierno Federal a la firma del acuerdo que el Peña Nieto promulgó en 2012 con los principales partidos de oposición: el Pacto por México. Mismo que Morena, en 2021, tachó de ser “una conspiración de privatización y saqueo”.
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Incluso sus responsabilidades como jefe de la OPR convirtieron a Nuño Mayer en el hombre que rompió la incertidumbre por la salud de Peña Nieto a raíz del padecimiento que lo llevó a una sala de hospital en julio del 2013.
“La cirugía fue exitosa”, comunicó en una conferencia de prensa acompañado del equipo médico que había atendido el nódulo tiroideo benigno del presidente. “El presidente está despierto y en su habitación”, remató detallando que la vuelta del mandatario tardaría un par de días más.
Pero su labor en la OPR tuvo vigencia en agosto del 2015, cuando escaló a la Secretaría de Educación Pública (SEP) en sustitución de Emilio Chuayffet Chemor y como parte de los movimientos que, en palabras de Peña Nieto, se realizaron en el gabinete “para hacer frente a las nuevas circunstancias y desafíos”.
En su paso por la dependencia se terminó de consolidar la Reforma Educativa que Peña Nieto había enviado desde el 2013; misma que seis años después, en 2019, el Congreso echó abajo para promover la que López Obrador había prometido durante su campaña presidencial.
La resistencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la reconstrucción de las escuelas dañadas por el sismo de septiembre del 2017 fueron otros de los retos que Aurelio Nuño enfrentó como Secretario de Educación. Ello aunado a los ‘memes’ que también marcaron su travesía por la dependencia, como cuando una niña de primaria lo corrigió en un evento público al comentarle: “Se dice leer, no ‘ler’”.
Pese a las polémicas y críticas a su labor, la popularidad de Aurelio lo puso en los reflectores del PRI como un posible candidato para los presidenciales del 2018— en donde el tricolor volvería a enfrentarse al fenómeno electoral de López Obrador.
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Fue en un encuentro de Emilio Gamboa, coordinador del PRI en el Senado, con la prensa que se comenzó a hablar de cuatro perfiles para la candidatura: Miguel Ángel Osorio Chong, José Narro, José Antonio Meade y Aurelio Nuño.
Y aunque la fuerza de Nuño Mayer no parecía compararse con la que ostentaba el Secretario de Gobernación, voces de la opinión pública no demeritaban la cercanía que el ex Jefe de la Oficina Presidencial había forjado con Enrique Peña Nieto desde antes de subir al poder.
Pero las apuestas por el experto en asesoría política cayeron tan pronto éste confirmó su salida del gabinete presidencial, mientras que Peña Nieto perfilaba a José Antonio Meade, su Secretario de Hacienda (y sustituto de Videgaray), como precandidato del PRI.
Vuelta a la consejería
“Le deseo el mayor de los éxitos en el proyecto que ha decidido emprender. (...) Muchas gracias, Pepe y mucho éxito”, externó el presidente en un mensaje de despedida a Meade Kuribeña tras su designación como la ficha de la coalición PRI-PVEM-PANAL para los presidenciales.
La renuncia de Meade a la Secretaría de Hacienda se confirmó posterior a la de Nuño Mayer a Educación. Tres meses después, para febrero del 2018, se dio a conocer que el ex Jefe de la Oficina Presidencial había vuelto a sus inicios al unirse al equipo de campaña del priísta.
Pero en esa ocasión Aurelio ya no sería Coordinador de Mensaje como lo fue con Enrique Peña Nieto o Eruviel Ávila, sino Coordinador General de la Campaña de José Antonio Meade. Un cargo desde donde lanzó críticas contra el candidato López Obrador que llevó al tabasqueño a insinuar un posible cambio de planes en el PRI:
“Yo creo que el plan es cambiar a Meade y poner a Nuño. Yo creo que ese es el plan porque Meade no levanta. (...) Por eso es que me lo están lanzando (a Nuño) un día sí y el otro también”.
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Finalmente, la popularidad con la que López Obrador arrasó en el 2018 obligó a José Antonio Meade a reconocer su derrota: “Le deseo el mayor de los éxitos”.
En tanto Aurelio Nuño se retiró de la vida política para enfocarse en el círculo académico de Estados Unidos, donde se desempeñó como profesor de la Universidad hasta antes de que su militancia lo impulsara para un curul en el Palacio Legislativo de San Lázaro por la vía plurinominal.
ASG