La Ciudad de México se ha llenado de antimonumentos que, a diferencia de las grandes construcciones arquitectónicas creadas para hacer honor a una persona o un hecho, son el punzante recuerdo de la impunidad, la injusticia y el dolor de un suceso que jamás debió de haber ocurrido. Tal es el caso de los 43 estudiantes de la Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, quienes desaparecieron entre el 26 y 27 de septiembre del 2014.
El Antimonumento fue colocado en Paseo de la Reforma para no olvidar la lucha de los familiares de los normalistas, quienes luchan por saber el paradero de sus hijos.
Antimonumento, un recordatorio colectivo
Los normalistas fueron desaparecidos entre el 26 y 27 de septiembre del 2014. Ante la interrogante de conocer dónde están, la búsqueda incansable y la falta de respuesta por parte de las autoridades, siete meses después del acontecimiento, los padres de los jóvenes decidieron colocar un Antimonumento sobre el cruce de avenida Reforma, Bucareli y Juárez.
Fue después de las 16:00 horas cuando algunos padres de los normalistas se aglutinaron sobre el camellón del Paseo de la Reforma y comenzaron a excavar. La pesada estructura conformada por el signo de más (+) y el número 43 de color rojo, fue amarrada sobre una base de metal, donde quedó escrita la leyenda: ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Entre gritos de justicia y la exigencia del regreso con vida de los desaparecidos, los familiares terminaron la instalación, no sin antes aclarar que este Antimonumento era un recordatorio colectivo: para las autoridades, la sociedad civil y para representar el compromiso de lucha hasta encontrarlos con vida.
Melitón Ortega, padre de uno de los estudiantes desaparecidos, afirmó que el número 43 "significa la vida de los estudiantes, la lucha por encontrarlos vivos, la resistencia del pueblo de México y una denuncia ante el gobierno federal y de los diferentes niveles de gobierno".
Finalmente, ante la incertidumbre de que el Antimonumento fuera retirado, los padres de los normalistas pidieron al gobierno del entonces Distrito Federal –hoy Ciudad de México– que no removieran la estructura y que no se convirtiera en “cómplices del gobierno federal –encabezado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto–”.
Desde entonces, el Antimonumento de los 43 sigue de pie, pues prometieron que se retiraría hasta que los jóvenes estuvieran de vuelta en sus hogares. Nueve años después, sólo se ha identificado los restos de tres estudiantes y la lucha sigue.
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Tortugas acompañan el Antimonumento
En conmemoración del cuarto aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa —el 26 de septiembre del 2018—, familiares y alumnos de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos", colocaron una tortuga de cemento frente al Antimonumento +43.
La gran tortuga de cemento tiene un caparazón conformado por 43 pequeñas tortugas, en representación de los 43 estudiantes desaparecidos.
¿Por qué tortugas? El símbolo del animal es ahora un signo de lucha. Ayotzinapa significa en el vocablo náhuatl "el lugar de las tortugas", de ahí la decisión de que se colocara dicho animal en representación de su búsqueda por verdad y justicia.
¿Qué significa el Antimonumento de los 43?
La Comisión +43 informó que la construcción del Antimonumento no buscaba “perpetuar el recuerdo” sino “alterar la percepción de que un hecho es inamovible”.
“+43 se define como una protesta permanente de reclamo y de justicia al Estado en el espacio público. +43 quiere ser una llamada de atención a los transeúntes que cruzan cotidianamente la zona”, comunicaron.
Aseguraron que este Antimonumento representa una “transgresión y un reclamo al Estado que quiere olvidar”. Además, explicaron que se colocó en Paseo de la Reforma porque es “la avenida más importante para la memoria monumental de hechos fundamentales que han marcado la historia de México, empezando por la Columna de la Independencia”.
“+43 es un Antimonumento porque está destinado a ser retirado el día que el Estado esclarezca los más de 150 mil homicidios y presente con vida a las y los más de 30 mil +43 desaparecidos”, agregaron.
En entrevista para MILENIO, Carlos Vargas, escritor del libro Rostros en la oscuridad: El caso Ayotzinapa, publicado en 2016, explicó que el Antimonumento +43 es un símbolo para mantener vivo el movimiento y para reclamar a las autoridades mexicanas por la llamada “verdad histórica”.
“El Antimonumento es un reclamo a las autoridades mexicanas, las cuales en ese 2015 presentaron la llamada 'verdad histórica', versión en la que se aseguró que los 43 muchachos fueron conducidos hasta el basurero de Cocula, asesinados e incinerados. El Antimonumento es un reclamo a dicha versión, que si bien fue rechazada oficialmente hasta este año (2020) por la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz Manero, llevaba ya mucho tiempo desechada por expertos, investigadores y familias de los 43”, indicó.
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¿Por qué el Antimonumento +43 debe seguir de pie?
De acuerdo con Carlos Vargas, el Antimonumento debe mantenerse porque es una promesa que se debe cumplir, pues representa la esperanza y exigencia para que se castigue a los responsables.
“La promesa fue no retirarlo hasta que los 43 jóvenes volvieran a casa. Los dos dígitos, el 4 y el 3, acompañados del signo más, representan la esperanza y la lucha de las familias, que todavía en 2020 siguen encendidas".
"Cuando se colocó el Antimonumento, los padres y madres exigieron castigo a los responsables y nuevas líneas de investigación en torno al caso. En el último año se han librado órdenes de aprehensión contra varios ex funcionarios, incluido Tomás Zerón de Lucio, sin embargo, falta llevarlos ante la justicia por su actuar. Las nuevas líneas de investigación, parece, han comenzado a dar frutos. Pero es un proceso todavía muy largo. El Antimonumento tendrá que seguir de pie”, comentó.
grb