El Coordinador de Investigación Científica de la UNAM, William Lee, está convencido que la mejor manera de gobernar a la Universidad es mediante la conformación de equipos, pues se trata de una institución educativa gigantesca que requiere de una atención pormenorizada.
Y eso es precisamente lo que ofrece el físico egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM de llegar a la Rectoría, quien además se precia de ser un científico que escucha y brinda propuestas.
En entrevista con MILENIO, el universitario propone la atención de los sistemas de bachillerato de la UNAM: Preparatorias y Colegios de Ciencias y Humanidades; así como las sedes foráneas como las Facultades de Estudios Superiors y Escuelas Nacionales de Estudios Superiores.
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—¿Por qué alza la mano para dirigir a la UNAM?—
“Me ha tocado coordinar el sector de investigación científica durante los últimos ocho años, antes de eso fui director del Instituto de Astronomía y soy académico desde 1998. Siempre me ha interesado el desarrollo de la universidad, proponer proyectos, actividad académica, desarrollo de estudiantes y en la posición que tengo ahorita se ha abierto el panorama de lo que veo de la universidad y me parece que es importante proponer ciertas acciones para la comunidad universitaria, para la sociedad y para nuestro país.
"Evidentemente el sector que mejor conozco por el trabajo que hecho es el que tiene que ver con la investigación científica, pero me he podido acercar a otros sectores de la universidad y me gustaría hacer algunas propuestas para la universidad desde la experiencia que tengo”.
—¿Cuáles serían sus prioridades de llegar a la Rectoría?—
“Los dos ejes transversales que hay en el plan de trabajo tienen que ver con el ejercicio y la preservación de la autonomía y una comunidad universitaria comprometida con valores de ética, igualdad y diversidad. A partir de eso me parece que uno de los temas más relevantes que hay que tratar es la atención a la comunidad estudiantil, particularmente a los más jóvenes y en específico en las prepas y los CCH que es donde hay más de 100 mil alumnos. Requieren atención las instalaciones, los estudiantes, por diversas razones, algunas relacionadas con la pandemia y otras con la situación social y el entorno al que se van a enfrentar cuando terminen sus estudios.
Otro sector que se tiene que atender, evaluar su funcionamiento y reforzar es el que está en las facultades de estudios superiores en la zona metropolitana. Son unidades multidisciplinarias que tienen muchos alumnos entre 15 mi y 25 mil cada una de las cinco, agrupan prácticamente cien mil estudiantes entre todas, en entornos complejos que requieren una revisión de su infraestructura. Son entidades que se crearon en los 70 y que requieren ser reforzadas en todos los aspectos: docencia, investigación, acción de la cultura y oportunidades para los estudiantes. En términos generales hacer un evaluación de cómo hemos crecido como podemos crecer a futuro. El crecimiento no sólo debe ser en modalidades presenciales puede ser a distancia continua”.
—Desde el ámbito científico, uno de los que más ha sido golpeado con recortes presupuestales en este país, ¿Cuál sería su exigencia de quedar al frente de la UNAM?—
“La postura ante los diferentes órdenes de gobierno siempre ha sido y debe ser de respeto mutuo y colaboración. La universidad está para servir al país, para generar conocimiento, educación, difusión de la cultura y hay que reconocer cuál es el ámbito de cada quien. Desde la universidad se pueden proponer soluciones con conocimiento, propuestas de política pública, pero no le toca a la Universidad gobernar ni ejecutar las políticas públicas, eso le toca al gobierno y en la medida en que se reconozca eso tanto en la universidad como en las entidades de gobierno creo que vamos a tener una relación mucho más útil y más productiva. Uno de esos ingredientes es sí insistir en que es la obligación del Estado garantizar la educación para la población, no nada más negociando el presupuesto para la universidad sino proponiendo que se amplíe y la cobertura sea en todo el país y para la población que lo necesita a todos los niveles y también para la investigación”.
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—¿Cómo defendería la autonomía universitaria?—
“La autonomía para mí no es un concepto abstracto, es una cosa muy concreta, es lo que nos permite gobernarnos con transparencia y rendición de cuentas . La autonomía no significa que la universidad actúa al margen de la sociedad, del resto del país y de los poderes de gobierno, es una conjunción, simplemente actuamos en la toma de decisiones al interior para nuestro propio gobierno. Creo que la mejor manera de defenderla es ejercerla y actualizarla en su ejercicio modificando ciertas estructuras para atender problemas”.
—¿Cuál sería una característica de usted para con la Universidad?—
“Yo trato de escuchar siempre a las comunidades. Me ha tocado en esta posición y cuando era director gestionar una comunidad académica diversa con intereses diferentes y con preparaciones y formaciones distintas y más en la coordinación . Escuchar a las comunidades para encontrar la manera de atender sus inquietudes y sus preocupaciones en la designación de autoridades, en la ejecución de proyectos, es algo que siempre he procurado hacer. Hacer equipos, uno no puede pretender por sí solo conocer toda la universidad y todo lo que necesita, es imposible. Por eso digo que yo conozco este ámbito conociendo otros más, pero no pretendo conocer al mismo detalle otras áreas de la universidad para eso hay que hacer equipos. Yo diría eso: escuchar, hacer equipos de gente que conoce más que uno para que juntos funcione mejor la universidad”.
aag