En Badiraguato, tierra de 'El Chapo', los sinaloenses están "sembrando vida"

Hombres de entre 20 y 65, con ceño fruncido y aspecto rudo, son parte del programa implementado por la Secretaría de Bienestar en uno de los municipios más emblemáticos de México.

En Badiraguato hay alrededor de 2 mil sembradores, ese es el número oficial de la Secretaría del Bienestar. (Jesús Quintanar)
Abraham Reza
Badiraguato, Sinaloa /

Más de 12 mil retoños del árbol de encino, pino y cedro crecen en un vivero instalado en El Potrero de los Medina, una comunidad de Badiraguato enclavada en la sierra de Sinaloa. Estos son cuidados por cerca de 20 hombres que desde hace dos años llegan religiosamente hasta el lugar para regarlos, quitarles la maleza y ponerles sombra.

Para esta labor los encargados llegan vestidos con gorra de trailero o tejana, camisa a cuadros, jeans azules y botas tácticas. Viajan en motos o cuatrimotos, pues la región está alejada y a la orilla de un riachuelo que viene de lo más alto de la sierra. Para comunicarse usan radios, pues ahí, en la Sierra Madre Occidental no hay señal móvil para un teléfono celular.

Todos son muy disciplinados, nadie falta a sus obligaciones dentro de este vivero, pues saben que sí faltan serán expulsados del programa “Sembrando Vida”. Sí, estos hombres de entre 20 y 65, con ceño fruncido y aspecto rudo, son parte del programa implementado por la Secretaría de Bienestar en uno de los municipios más emblemáticos del país: Badiraguato, Sinaloa, la tierra de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

“Trabajamos 21 gentes, trabajamos 23 horas por semana y a veces hasta mas. Lo que hacemos es sembrar semilla, regar la maceta y revisar que la plata crezca lo mejor que se pueda para que se convierta en un buen árbol”, comparte Sergio Oliva, uno de los 21 beneficiarios de este vivero en El Potrero de los Medina en Badiraguato, y encargado del proyecto en esta comunidad.
Cada grupo asistido cuenta con su vivero y biofábrica, para producir fertilizantes. (Jesús Quintanar)

Sergio junto a su padre y vecinos son parte de Sembrando Vida desde hace poco más de un año, ellos decidieron acercarse al proyecto porque aseguran que un ingreso extra a cambio de reforestar su tierra “no le cae mal a nadie”.

Cada uno tiene un empleo o actividad principal de la que obtienen dinero, pero para completar el gasto, ellos se sumaron al proyecto donde reciben cada mes 5 mil pesos. Cansado de la mala reputación de la región, Sergio no se registró al programa social solo, sino que además invitó a sus vecinos para que lo ayudaran y los capacitaran.

“Se hablan muchas cosas del lugar y queremos que la gente vea que no es cierto, ustedes mismos se dan cuenta que no es como hablan y que somos generosa y bondadosa”, contó el joven de 30 años durante un recorrido en su comunidad.

Si bien confiesa que en un principio se sintieron un poco “desilusionados” del proyecto porque hace un año la sequía impidió que los árboles se dieran, en lo que va del 2021 les “regresaron los ánimos”, pues las fuertes lluvias de la temporada han permitido que el agua llegue a sus casas y su vivero.

“Fue un año fuerte con lo de la sequedad y no pudimos tener el vivero activo porque la poquita agua que teníamos era para la comunidad, pero ahora la verdad es que estamos teniendo una época de lluvia muy buena y mas aquí porque este rancho es muy húmedo y se da todo”, explicó mientras presumía los más de 12 mil retoños de árboles que crecen en su vivero.

Para Sergio lo más importante es que desde que él se animó a hacerse cargo del vivero en El Potrero, mucha gente se ha acercado a querer sumarse: “Esto se escucha muy fuerte por todo el municipio, toda la gente pregunta por este, quieren ampliación y la verdad es que nos ha servido mucho porque de años atrás nadie nos había traído un programa así, nunca”.

Más de 12 mil retoños del árbol de encino, pino y cedro son plantados en vivero instalado en Badiraguato, Sinaloa. (Jesús Quintanar)

Pero él no es el único, en la zona baja de Badiraguato hay una comunidad que se llama Apoma, ahí otros 20 habitantes del municipio también llevan más de año y medio “sembrando vida”.

Yuridia Esmeralda Monzón es una de las 29 mil 661 beneficiarias del programa social, que según Bienestar, hay en el estado de Sinaloa, también vive en el municipio de Badiraguato.

“Sembramos melón y palo colorado, chile y guayaba. Es un proyecto muy bueno que nos están dando, queremos darle las gracias porque la verdad está muy bien, porque esto genera oxígeno y reforesta todo lo que ya se ha podado”, comparte la mujer, quien además asegura que esto les cambió la vida.

En su parcela Yuridia trabaja con al menos otros 20 compañeros que también se benefician con el programa y aprenden de nuevas técnicas de siembra y riego, entre ellos don José Luis Menéeles.

“Yo hice planta en charola, para facilitar el traslado, como está lejos a veces donde se planta, es más práctico llevártelas en una charola que llevarte 50 bolas. Por ejemplo, esta planta de hecho ya está lista para llevarse al campo y sembrarse”, comparte mientras levanta la plantita y muestra su raíz.
El programa de Sembrando Vida ha sido uno de los programas prioritarios del gobierno de López Obrador. (Jesús Quintanar)

Cada badiraguatense que pertenece a este trabajo, además de su apoyo recibe instrucciones de técnicas para el sembrado y los insumos necesarios para instalar sus viveros, no es una entrega rápida, se hace conforme los integrantes de la comunidad vayan avanzando en los objetivos establecidos por los instructores federales, es así cómo poco a poco reciben capacitación para instalar un vivero, sembrar, cuidar y esperar a que den frutos o maderas que puedan comercializar.

Tan solo en Sinaloa el programa ha entregado hasta marzo del 2021, 148 millones de 315 mil pesos. En Badiraguato hay alrededor de 2 mil sembradores, ese es el número oficial de Bienestar, sin embargo no es un número fijo porque hay bajas, en ocasiones por fallecimiento.

El programa cuenta a nivel estatal con un coordinador territorial, en Badiraguato lo coordinan dos facilitadores y en campo es atendido por 20 técnicos. Cada grupo cuenta con su vivero y biofábrica, un lugar donde están produciendo fertilizantes orgánicos otros productos que sean amigables con el medio ambiente.

evl

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