Alejandro Moreno abrió la caja de pandora: desbancó por adelantado a Beatriz Paredes, aseguró que las encuestas no le favorecen y avisó que los liderazgos del PRI tomarían una decisión al respecto. La senadora se había negado a declinar, quería llegar hasta el final. Pero secretos a voces habían anticipado que sería el sacrificio de su propio dirigente.
El Frente Opositor estaba a unos días de anunciar a su candidata presidencial. La coalición lograría sacar avante un proceso envuelto en dudas, críticas e inconformidades; o así fue hasta el “desafortunado” mensaje que Alito lanzó en una “banquetera” con la prensa y que evidenció a un PRI “más vertical que antes”.
Y aunque el campechano rechazó meter presión a Paredes para bajarse de la contienda, el daño ya estaba hecho: Alito demostró que la maquinaria del tricolor — e incluso el propio proceso del Frente Opositor — se someten a lo que dicten las cúpulas.
“El partido es completamente vertical. (Alejandro Moreno) toma las decisiones y pasa por encima de los aspirantes de su partido político”, señaló el analista político Gustavo Martínez Valdéz en entrevista con Milenio.
El politólogo consideró que el Frente emprendió una estrategia “medianamente innovadora”, pero endeble.
La oposición estaba convencida de que la clave para hacer frente a la Cuarta Transformación (4T) era reivindicarse de su pasado, voltear a la sociedad civil y optar por “un perfil más ciudadanizado” para la presidencial.
Sin embargo, la capacidad de maniobra que tienen los liderazgos partidistas han puesto al proceso en la cuerda floja de la fractura, y Alito Moreno fue ejemplo de ello.
- Te recomendamos PRI respalda a Xóchitl Gálvez como candidata presidencial del Frente Amplio por México Elecciones
La credibilidad del proceso, e incluso de Xóchitl Gálvez, está en las manos del PRI; en aquel “contundente y firme” mensaje que Moreno Cárdenas prometió rendir en conjunto tras una reunión privada y a la cual Beatriz Paredes no estaría invitada.
“Si al final de cuentas es el dirigente de un partido el que baja a su aspirante, entonces todo va a parecer que es un producto de negociaciones cupulares”, sostuvo Martínez Valdéz.
“Al final de cuentas, todo este proceso se convertiría en un acuerdo de cúpulas partidistas y eso es lo que la gente, el electorado, no quiere. Es lo que siempre les ha criticado”, destacó.
Frente Amplio acata a Beatriz Paredes
Beatriz Paredes fue contundente ante Alito Moreno: no tomaría ninguna decisión hasta conocer los resultados que el Comité Organizador registró del segundo sondeo de opinión.
"Son las únicas encuestas válidas", aseveró la priísta.
Un día después, el Comité acató a las tensiones. Y a solicitud de los tres partidos, según lo dicho en un comunicado, adelantó los resultados de la encuesta; los mismos que Paredes pidió consultar antes de actuar.
Xóchitl Gálvez resultó ganadora en los tres rubros del sondeo, Paredes quedó por más de 10 puntos porcentuales alejada de la hidalguense. Casi seis horas de reunión después, el PRI cerró filas con Gálvez y Beatriz terminó por declinar.
Xóchitl Paredes contra la pared
Varios claroscuros han tambaleado al proceso del Frente Amplio por México (FAM); algunos derivaron en inconformidades internas e incluso deserción de personajes como la senadora Lilly Téllez. Las polémicas tampoco han faltado.
Pese a ello, analistas reconocen que el Frente mantuvo la impresión “medianamente aceptable” de un ejercicio democrático. De ahí que la intervención de Alito Moreno y la cúpula del PRI — ante la oposición de Paredes Rangel — no sólo romperá esa frágil percepción, también ejercerían sobre Gálvez Ruiz el poder de las cúpulas.
"Sí le va a restar credibilidad. (...) La va a poner contra la pared", aseveró Gustavo Martínez.
El Frente fue claro: si una declina, el proceso queda trunco. No se realizaría el último sondeo de opinión y quien quede como “victoriosa” no se someterá al escrutinio de las urnas del 3 de septiembre.
Si Beatriz renuncia, el Comité del Frente oficializaría a Gálvez Ruiz como la representante presidencial del bloque opositor resultado de los acuerdos de las cúpulas, según el analista. Pero ello no termina ahí.
Gustavo Martínez explicó que dar el éxito a la hidalguense por esa vía la condena a que los grupos de poder cobren factura de su apoyo: "Xóchitl ya no va a tener toda esta libertad que le pudiera haber dado el que el proceso continuara normalmente".