Con casi 40 años de experiencia docente, investigación y administración en la UNAM, Luz del Carmen Vilchis Esquivel, se siente lista para encabezar los destinos de la máxima casa de estudios del país. Pero no sólo por el curriculum y la madurez profesional, sino por ser una mujer cuya visión y pensamiento le puede brindar a la Universidad un “sentido de frescura alternativa”.
La Doctora en Filosofía y Docencia en Artes y Diseño por esta misma Universidad, es contundente: quiero ser la primera rectora de la UNAM.
Desde su perspectiva, desde hace tiempo la Universidad está lista para que una mujer la dirija, pero quizá no se habían dado las circunstancias políticas y sociales que ahora prevalecen en lo nacional, como para que, asegura, una mujer se plante con la suficiente determinación ante la junta de Gobierno de la UNAM.
En entrevista con MILENIO expone su plan de trabajo, que en realidad se trata de un manifiesto de intenciones por mejorar, cuya articulación se dará en consenso con la comunidad universitaria.
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—¿Por qué alzar la mano para dirigir a la UNAM?—
“Como proyecto de vida ha estado siempre en algún momento aspirar a ser la primera mujer rectora de la UNAM. ¿Por qué ahora?, porque siempre había pensado que no tenía la madurez, la formación, el perfil necesario, la experiencia, el aplomo, la fuerza y ese dejo de sabiduría que se requiere para dirigir una institución de las dimensiones de la UNAM y creo que yo en este momento reúno estas condiciones, más allá de que mi actuar como universitaria ha obtenido todo lo que la Universidad generosamente otorga, pero también he contribuido y he retribuido a la Universidad todo lo que ha estado en mis manos, hacer formar muchas generaciones de estudiantes de la mejor manera, graduar a mis tutelos, asesorar jóvenes, formar investigadores. He expuesto en todo el mundo siempre con causas sociales”.
—¿Cuáles serían los temas de mayor urgencia para atender en su proyecto de trabajo?—
“Mi proyecto de trabajo es un manifiesto de intenciones respecto a la Universidad. Sí hay problemáticas que tengo bien ubicadas y que tomando como un núcleo irrenunciable la autonomía y las tareas sustantivas de la universidad que son las docencia, investigación y extensión de la Cultura.
"Veo que hay que hacer una reconstrucción del tejido social de la Universidad de toda la comunidad y a todos los niveles. Requerimos educación en muchos términos y yo pondría como principio la educación en la civilidad, es decir, en este respeto al otro, en esta escucha a los demás, en esta posibilidad de convivencia, comunicación permanente, sin llegar a generar signos de violencia, ni de divisionismo, ni de fragmentación, porque entonces estaríamos haciendo pedazos la Universidad y no es lo que queremos los universitarios. Trabajar intensamente por la salud física, emocional y mental de la comunidad.
"Otro tema que son profesores de asignatura, es un asunto muy sensible, y de alguna manera muchos docentes piensan que cambiando la reglamentación universitaria se va a resolver el asunto y no, esto radica más en la gestión, porque los recursos para que un profesor de asignatura pueda tener abierto un concurso en el que pueda aspirar a una plaza o una definitividad es algo que se tiene gestionar con el gobierno federal, y eso requiere una cartografía muy fina de la situación de la universidad”.
—¿Cómo defender la autonomía en el contexto político actual?—
“La base tiene que ser el diálogo, la comunicación directa, eficiente con interlocutores que tengan experiencias en los diferentes rubros en los que la Universidad interactúa con el gobierno federal y exponiendo las necesidades de la universidad, pero siempre anteponiendo que continuamos con una gobernanza propia, porque la autonomía es un derecho gestionado y ganado a pulso por los universitarios, es parte de nuestra historia y lo que nos permite ser lo que somos”.
—Defina una característica de usted para con la Universidad—
“Una institucionalidad absoluta, una lealtad a la Universidad a toda prueba, un gran respeto por mi institución y por mi comunidad. Y aparte las cualidades personales que son mi particular y peculiar forma de trabajar, que es con disciplina, responsabilidad y con un gran compromiso por todo lo que proyecto y todo lo que hago lo concluyo y siempre busco el beneficio de los demás.
"Y definitivamente yo diría mi perfil, mi perfil es transdisciplinario, mi pensamiento es complejo, tengo formación en humanidades artes y en ciencia porque con la psicología he tenido la oportunidad de acercarme a las neurociencias. Entonces tengo la comprensión de los diferentes ámbitos de la universidad y tengo experiencia en gestión y administración universitaria.
"Por último, el ser mujer. El ser mujer da otro tipo de pensamiento, nuestro cerebro diferente, mi mirada es diferente, mi forma de concebir a la Universidad es alternativa a la forma que se ha concebido la universidad bajo los términos de las muy respetables rectorías que ha habido hasta el día de hoy, pero que siempre han pertenecido a otro género. Creo que es oportunidad de que nos permitan abrir las puertas a las posibilidades que puede tener el pensamiento del género femenino”.
—¿Es momento de que haya una rectora?—
“Debería haber sido momento desde hace algún tiempo, pero si considero que en este año en particular se están dando las condiciones para que en este país se abran las puertas a las mujeres en todos los ámbitos. Es un momento de coyuntura y es un tiempo de cambio. El asunto de que tendremos dos candidatas a la presidencia con una fuerza social que no podemos soslayar. Los lugares que yo he logrado visitar y con los universitarios que he interactuado, hay una voz de consenso respecto a que es la oportunidad para una mujer.
"Si los tiempos son propicios, y los vientos son favorables, podríamos acceder a la rectoría de la UNAM y darle este sentido de frescura de visión alternativa".
aag