En el campus de la UANL terminó la desolación... Sus pasillos, aquellos que no fueron usados por casi dos años, al fin reciben visitantes. Miles de jóvenes con mochilas en su espalda caminan presurosos, ansiosos y se reencuentran con compañeros y maestros que no veían en persona desde hace largo tiempo.
Abrazos y risas inundan el campus de la Universidad Autónoma de Nuevo León... Los chicos y chicas han vuelto a casa.
En las aulas, maestros y maestras recuperan la práctica de estar frente al grupo, y los alumnos, a su vez, la de estar en clases presenciales.
Tras la luz verde para el regreso al 100 por ciento a las aulas, la institución educativa recibió ayer a su razón de ser: los estudiantes, quienes se muestran optimistas y contentos por la normalización en las clases.
Es el caso de Fernanda González, estudiante de Facpya, quien reconoce que las medidas de sanidad y seguridad por parte de la facultad son óptimas para el regreso a clases en forma presencial y eso tranquiliza aún más a la comunidad estudiantil para comenzar a ir todos los días a la escuela.
“Nosotras ya esperábamos el regreso, porque es muy diferente tomar las clases en línea a tomarlas aquí presencial, y pensamos que tomando las medidas de sanidad debidas, no tiene por qué salir mal. En nuestra facultad, que es Facpya, nos piden un código QR, para así mantener el aforo dentro de la escuela, y ya en los salones (la capacidad) es de 30 alumnos, se sanitiza todo el salón y nos sentimos seguras. La verdad ya extrañábamos venir”, refiere la alumna.
Al respecto, Miriam Ramírez, estudiante de la Facultad de Ciencias Biológicas, además de ver con buenos ojos el regreso a clases, señala que hay algunas cosas por mejorar, ya que en algunos casos hay hasta 60 alumnos por salón, sin embargo, actualmente los aforos son de hasta 30 estudiantes por aula, situación que se cumple, pero que a la postre podría generar un problema cuando los 60 estudiantes estén en un mismo espacio.
De igual forma, Sabino, estudiante de FIME, resalta que este regreso era justo y necesario, pues el desempeño académico es mejor aprovechado y entendible para los alumnos.
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“Yo considero que, como el ser humano es un individuo que necesita estar en sociedad, era necesario asistir, no tanto porque ayude o no a combatir el virus, pero sí porque nos hace sentir más normales, un poco más tranquilos.
“Yo soy de FIME y la gente sola hace respetar la sana distancia, mínimo todos traen cubrebocas. Por el tema del aprendizaje, ya teniendo el maestro enfrente, surgen más dudas y no es lo mismo que estar en línea; hay un mejor aprovechamiento académico presencial”, sostiene.
Montserrat, estudiante de la Facultad de Trabajo Social, estima que las medidas de sanidad están siendo bien implementadas por las autoridades universitarias y destaca el hecho de que los propios estudiantes implementan prácticas de autocuidado para no afectarse entre sí.
“En las aulas sí nos sentimos seguras porque como quiera tenemos precaución de llegar y limpiar los bancos, nos ponemos gel antibacterial, nos toman la temperatura, salimos y es lo mismo; tenemos mucha precaución en eso.
“La verdad, para ser el primer día estuvo muy bien. Ahorita somos 33 alumnos y estamos separados con la debida distancia”, platica.
Al terminar las clases, el campus de la Universidad Autónoma de Nuevo León vuelve a quedar solo, pero ahora únicamente por unas horas, pues los y las estudiantes están de regreso, y esta vez por mucho más tiempo.