La Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA) alertó crisis en la agroindustria de la Caña de Azúcar del país derivadas de las iniciativas que posicionan al endulzante como responsable de la obesidad y otros problemas a la salud.
El presidente de la CNIAA, Juan Cortina Gallardo, sostuvo que “el castigo al consumo de la azúcar”, ya sea mediante aumento de impuestos, etiquetado más agresivo, y prohibiciones de venta es “injustificado” y provocará “un daño muy grave” al sector, que repercutirá desde productores hasta empresarios.
Luego de que se justificara una relación entre el consumo de azúcar de caña y los efectos del covid-19¸ Cortina Gallardo precisó que están en riesgo 500 mil empleos directos y 2.4 millones de indirectos destinados a la actividad azucarera en el país.
“Pueden afectarse seriamente muchas familias del campo mexicano como resultado de las iniciativas que injustificadamente adjudican al azúcar de caña problemas de salud, de los cuales el azúcar de caña simplemente no es responsable; como sí lo pudiera ser el consumo al alza del jarabe de maíz de alta fructosa y otros edulcorantes totalmente artificiales y sintéticos”, dijo el Presidente de la CNIAA.
El líder de los industriales azucareros, explicó que los 50 ingenios azucareros del país compran anualmente más de 50 millones de toneladas de caña que se cultiva en más de 800 mil hectáreas de México, con más de 180 mil cañeros, quienes a su vez emplean a una gran cadena de jornaleros, cortadores y transportistas, entre muchos otros actores económicos rurales.
Llamó a las dependencias federales a fortalecer la salud pública y al campo mexicano, y cancelar “iniciativas que dañan a nuestro campo cañero, sin beneficiar a la salud de nuestra población”.
“La llamada 'reformulación' de productos que incentivan las autoridades, alejan al consumidor de los productos naturales y del campo hacia productos más procesados o ultra procesados, sin beneficios para la salud, y potencialmente hasta contraproducentes”, dijo.
Agregó que el proceso de sustituir azúcar de caña por otros edulcorantes, “no ha resultado en beneficios a la salud de la población mexicana ni tampoco imponer impuestos a los productos naturales del campo mexicano”, como lo es el azúcar de caña, mientras se exentan otros edulcorantes artificiales.
Recordó que el azúcar de caña es un producto consumido en México por 500 años y nunca se acusó que causara problemas de salud, sino que, por el contrario, la ley considera al azúcar de caña un bien de consumo básico para la población, pues se trata de “un producto natural extraído de la sacarosa de la caña sin procesamiento químico alguno”.
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