En 26 años al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps se ha visto envuelto en una serie de polémicas, en las que ha sido acusado de liderar una red de huachicoleo, de corrupción cuando ocupó cargos públicos, de extorsión, de tráfico de influencias y hasta de golpizas a opositores, entre ellos un sacerdote católico.
Su vida política la empezó muy joven, cuando ingresó al Partido Revolucionario Institucional en 1961, con apenas 18 años.
Para 1969, ingresó a Petróleos Mexicanos (Pemex), donde con el tiempo escalaría posiciones en el sindicato hasta ser el líder máximo.
En 1993, cuatro años después de la caída del otro líder petrolero histórico, Joaquín Hernández Galicia La Quina, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Romero Deschamps asumió la dirigencia del STPRM.
Desde 1977, espías de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), entre los que destacan Javier García Paniagua y Miguel Nazar Haro, comenzaron a vigilar al entonces candidato a secretario general de la sección 35 del sindicato petrolero.
Uno de los reportes de inteligencia documenta cómo en 1978, teniendo ya un año en el cargo sindical, agredió a patadas a un grupo de disidentes que intentaba sabotearle un discurso en el Cine Clavería, en la Ciudad de México.
La protesta era para exigir explicaciones al incipiente líder petrolero, al que acusaban de cobrar viáticos de manera irregular y luego gastarlos en artículos personales como ropa y armas. También acusaban que el chofer de Romero Deschamps sacaba irregularmente material de la refinería de Tula.
Un año después, el líder sindical conseguiría su primer cargo público, cuando ocupó por primera vez un escaño en el Poder Legislativo, como lo haría de manera intermitente durante los últimos 40 años.
En esa ocasión la Dirección Federal de Seguridad documentó acusaciones en su contra por el desvío de 3 millones de pesos para sus aspiraciones a una diputación federal.
Tras el sismo de 1985, golpeó a un cura en un albergue
De acuerdo con el reporte de espionaje, un mes después del sismo que sacudió la Ciudad de México en 1985, el líder sindical fue hasta la iglesia de San Juan de los Lagos, en Azcapotzalco, e intentó apoderarse del albergue que se había instalado en el lugar, muy cerca a la refinería.
Entonces, el sacerdote Luis Silva, a cargo del lugar, se negó y en respuesta Romero Deschamps lo golpeó. Tras el incidente, el agente federal José Luis Montiel pudo constatar dos cosas, la primera que el cura formalizó una denuncia ante la Policía por la agresión y además que de los 28 habitantes del albergue, sólo cuatro eran damnificados.
Romero Deschamps y las acusaciones de ser 'huachicolero'
En 1979, siendo diputado federal por el PRI, Romero Deschamps fue acusado por algunos disidentes de liderar una red de huachicoleros, que supuestamente operaban desde la refinería de Azcapotzalco, extrayendo el combustible en pipas de doble fondo.
La DFS documentó algunas de las acusaciones, que incluso aseguraban que las pipas utilizadas eran propiedad del también líder sindical de Pemex. El superintendente de la refinería salió en su defensa ante los medios de la época.
Luego los reportes de inteligencia documentaron algunos rumores entre los trabajadores de la refinería de la época. Romero Deschamps obligaba al superintendente a servirle tras extorsionarlo con difundir sus supuestas relaciones extramaritales con su secretaria.
40 años de escándalos
Su carrera política y sindical permaneció intacta hasta este miércoles cuando renunció a la secretaría general del STPRM. Durante todo ese tiempo los escándalos lo persiguieron todo el tiempo.
En el 2000, año en el que terminó su primer mandato como senador, su nombre salió a relucir en el escándalo de desvío de fondos a la campaña presidencial del priista Francisco Labastida Ochoa, episodio conocido como Pemexgate.
El entonces Instituto Federal Electoral (IFE), ahora INE documentó que el sindicato petrolero, a su cargo ininterrumpidamente desde 1993, desvió 500 millones de pesos de los fondos sindicales para apoyar la campaña presidencial del entonces candidato priista que fue derrotado por el candidato de Acción Nacional, Vicente Fox.
Sin embargo, en 2011, sin que haya ido a la cárcel en ningún momento por el desvío de fondos de los trabajadores a los que representaba, un juez federal con sede en el Reclusorio Sur declaró prescrito el caso del Pemexgate. Quedó impune.
En 2008 quedó claro su gusto por los relojes costosos, como el reloj de oro de 18 quilates, de la marca Audemars Piguet, que lució al volver de un viaje a Las Vegas.
En 2012 Romero Deschamps volvería al ojo público luego de que su hija, Paulina, subió a su cuenta privada de Facebook fotos de sus viajes a lugares paradisíacos en donde aparece a bordo de yates y aviones privados.
Un año después se dieron a conocer versiones periodísticas de que Romero Deschamps regaló a su hijo José Carlos un Ferrari de edición limitada, valorado en dos millones de dólares y que para poder ser adquirido es necesario contar por lo menos con otros dos autos de la marca y por supuesto, demostrar solvencia económica.
En 2015, mientras cumplía su segundo período como senador de la República, se hizo pública una fotografía en la que se le captó viendo un catálogo de yates en plena discusión sobre el Sistema Nacional Anticorrupción.
En esa ocasión estaba acompañado de otro senador priista, Gerardo Sánchez, ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Romero Deschamps es dueño de un yate llamado ‘El Indomable’, en el que se le ha visto llegando a lugares paradisiacos como Isla Mujeres en Quintana Roo. Dicho navío está valuado en más de 1.5 millones de dólares.
bgpa