A 40 años de la nacionalización de la banca por decisión del presidente José López Portillo, se considera que las grandes ganadoras fueron las casas de bolsa, pues aprovecharon el momento para enriquecerse con la deuda del gobierno y durante la privatización del sector en los 90 se hicieron de los bancos, explicó Arturo Huerta González, profesor investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.
“Para pagar la nacionalización se tuvo que emitir deuda con altas tasas de interés que afectaron por muchos años las arcas públicas, y quien la compró fueron las casas de bolsa, ganando millones.
“Cuando viene el proceso de privatización de la banca con Salinas de Gortari en 1992 quienes compran fueron los bolseros que se habían enriquecido con la deuda pública, fue una mala decisión del gobierno”, contó Huerta en entrevista con MILENIO.
Remarcó que la decisión de nacionalizar la banca sólo profundizó la gran recesión de la economía mexicana y la devaluación de la moneda, pues en lugar de ayudar solo hizo públicas las pérdidas de la banca durante este proceso.
Los bancos antes de la nacionalización, trabajaban con las políticas públicas de financiamiento a la industria a través de los programas que establecía el Banxico
“Antes había cierto porcentaje del crédito que iba a agricultura, a la industria manufacturera, que había que darle prioridad... Ahora se tiene una banca que no otorga créditos en favor del desarrollo agrícola o industrial o del desarrollo económico, no por nada la economía mexicana viene en declive”, detalló el experto.
Sostuvo que actualmente en México se tiene “una banca que no otorga créditos en favor del desarrollo agrícola o industrial o del desarrollo económico, no por nada la economía mexicana viene en declive”.
Lo dicho por el analista concuerda con cifras oficiales del Banco de México (Banxico), pues de 1995 (último año que se tienen registros) hasta 2005, es decir, en una década, el crecimiento del crédito al sector productivo de la economía —actividades agropecuarias, de pesca, de ganadería, manufacturas, minería, entre otros— se mantuvo estancado.
De hecho, hoy en día el crédito a las actividades productivas y al campo en general, es otorgado por medio de la banca de desarrollo o mediante el Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira), que es vigilado por el Banxico.
De acuerdo con los datos más recientes de la Asociación de Bancos de México (ABM), el 85 por ciento de la cartera empresarial, que es de 2.8 billones de pesos, se encuentra en sectores como manufactura, comunicaciones, agricultura, manufactura, hoteles y restaurantes, transportes y construcción.