La Unidad de Inteligencia Financiera encontró que el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, recibió transferencias bancarias desde empresas fachadas y prestanombres, por lo que en los últimos meses se presentaron dos denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR) por lavado de dinero, peculado y enriquecimiento ilícito.
Cuando la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, detectó en 2019 que la solicitud para el proceso de extradición del ex gobernador no se realizó de manera correcta y las fallas nunca fueron subsanadas, se reinició el proceso y la UIF colaboró en el rastreo de los movimientos financieros de Duarte Jáquez.
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El gobierno de Chihuahua acusó que Duarte realizó desvíos millonarios durante su gestión por lo que se presentaron las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de Justicia del estado. En tanto, como parte de los convenios de colaboración, la UIF colaboró en el rastreo de ese dinero que llegaba a sus cuentas personales.
MILENIO confirmó que los principales resultados de esa indagatoria comprueban que el ex gobernador del PRI usó a un testaferro para desviar los recursos públicos hacia una red de empresas fachadas y otros prestanombres que le sirvieron para triangular los recursos que finalmente usaba de manera personal.
Por lo que a principios del 2020, con Duarte prófugo, la UIF presentó dos denuncias más en su contra por los delitos de lavado de dinero, peculado, enriquecimiento ilícito pues las propiedades que comenzó a adquirir del 2010 a la fecha, no correspondían con sus ingresos ni lo reportado en sus ejercicios fiscales.
IRH