Antes de que sean enterrados en el atrio del templo de Cerocahui, Chihuahua, religiosos oficiaron una última misa de cuerpo presente de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, asesinados hace una semana por el crimen organizado.
A esta comunidad, enclavada en la barranca de Urique en la sierra Tarahumara, llegó la mandataria estatal, María Eugenia Campos, así como la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel; y Juan Carlos Loera, quien fuera candidato de Morena a la gubernatura de la entidad y delegado del gobierno federal en Chihuahua.
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En el templo de San Francisco Javier también están presentes liderazgos de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecían los sacerdotes, así como decenas de pobladores.
Debido a la alta afluencia de asistentes, fue colocada una carpa, sillas y una bocina al exterior de la parroquia para que también pudieran seguir la misa.
Un grupo de pobladores de Cerocahui, que llegó con globos y vestidos de blanco, repartieron hojas con las fotos de los padres con la leyenda: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos".
Además, desde temprano comenzaron a cavar en el atrio del templo donde serán enterrados los cuerpos de los sacerdotes.
LP