En Cuba, cineastas rebeldes generan inusual coincidencia entre partidarios y contrarios a la revolución

Los cineastas han creado cuatro grupos de trabajo para exponer en la cita, aún sin fecha.

La cinta sobre el roquero argentino Fito Páez fue transmitida por la televisión estatal (Especial)
Manuel Juan Somoza
Cuba /

Cineastas cubanos de varias generaciones prosiguieron la búsqueda de una posición común ante el gobierno en temas tan sensibles como la censura, tras una carta pública de denuncia que entre más de 600 firmas ha sumado las de reconocidos contrarios y partidarios de la revolución.

Esa extraña coincidencia comenzó a gestarse desde junio, luego de varios incidentes en torno al documental “La Habana de Fito” y resulta llamativa en el único país del continente que lleva 62 años tratando de preservar “la unidad nacional ante la guerra no declarada de Estados Unidos”, en el decir del gobierno cubano.

La cinta sobre el roquero argentino Fito Páez fue transmitida por la televisión estatal sin el consentimiento de su director, el cubano Juan Pin Vidal. “Dije que no autorizaba la proyección”, aseguró el cineasta.

“La actuación de esas autoridades culturales ha violado una y otra vez principios éticos que deberían ser el sostén de cualquier diálogo respetuoso y constructivo”, se expresa en la misiva, suscrita por intelectuales de los perfiles más diversos.

Hasta ahora, no obstante, la controversia transcurre por las redes sociales sin impacto en los cubanos de a pie, más preocupados por una inflación incontenible, la carencia de alimentos y medicinas, al igual que por la intermitencia de servicios vitales como la electricidad y el agua potable, realidades que complican la vida social, económica y política del país.

Coincidencia inusual

La carta sirvió de base a una reunión con la vice primera ministra Inés María Chapman y altos funcionarios que lideran la “política cultural” de Cuba y, significativamente entre sus firmantes se encuentran desde intelectuales insignias del país hasta “contrarrevolucionarios”, en la denominación oficial.

Entre los primeros está Fernando Pérez, el director más emblemático del cine cubano contemporáneo, creador de cintas de culto como Clandestinos (1988) sobre las luchas a tiros en La Habana contra la dictadura de Fulgencio Batista o la multipremiada “José Martí, el ojo del canario” (2010), película que aborda de la juventud del prócer independentista cubano.

Figura también el trovador Silvio Rodríguez, considerado la “conciencia crítica de la revolución cubana” y artífice de canciones como El Necio, creada cuando tras la caída de socialismo en Europa, Estados Unidos supuso un desenlace similar en Cuba. “Dicen que me arrastrarán por sobre rocas, cuando la revolución se venga abajo”, pero “Yo me muero como viví”, afirman algunas de sus estrofas.

Y del lado contrario suscribieron Miriam Leyva, residente en La Habana y una de las fundadoras del grupo opositor “Damas de Blanco”, y el dramaturgo Yunior García Aguilera, quien en noviembre de 2021 llamó a una marcha contra el gobierno, aunque finalmente desistió de esa acción, culpó por ello al dispositivo policial que rodeó su residencia y viajó a España, donde radica.

Posición común

“Vamos a ver cómo termina esto. En cualquier otro país las discrepancias de los cineastas no serían noticia, pero aquí sí tiene una connotación muy especial porque en medio de esta lucha con los yanquis y con el agobio de esta crisis económica, desaprobar las políticas oficiales puede ser considerado una acción contrarrevolucionaria”, comentó a MILENIO Juan B. García, conocedor del tema.

En este contexto, y a fin de responder a otra reunión propuesta por el gobierno, los cineastas han creado cuatro grupos de trabajo para exponer en la cita, aún sin fecha, su posición sobre la política cultural vigente, la censura y una muy reclamada Ley de Cine, entre otros temas.

Igualmente seleccionaron a sus 11 representantes, incluidos Fernando Pérez y Ernesto Daranas, director de la estremecedora película Conducta (2014), que narra la entrega de una maestra a sus alumnos en un barrio humilde de La Habana y que por primera vez en la cinematografía nacional actual hace referencia a un preso por razones políticas.

LG

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