Fue presidenta municipal por menos de cinco horas. Por meses cumplió cada requisito para competir por el cargo, ganó la elección y buscaron tumbar su triunfo, impugnaron una y otra vez, contaron voto por voto. Prácticamente ganó cuatro veces: una en las urnas y tres en los tribunales. Pero no fue suficiente.
El 30 de septiembre, Citlalli Amaya estaba convencida de que la lucha había terminado. A las 17 horas rindió protesta como presidenta municipal de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, y tuiteó: “hoy es un gran día para mí. Ahora me toca continuar hacia adelante. No les vamos a fallar”.
Pero antes de las 22 horas la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró nula la elección, su triunfo y su toma de protesta. El culpable: el ex cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
En entrevista con MILENIO, hoy Citlalli se dice fuerte para enfrentar lo que sigue: la elección extraordinaria que comenzará el 19 de octubre. Un camino que repetirá con firmeza, pero con más cuidado que la primera vez, para ahora sí poder asumir el cargo que hace unos meses ganó.
¿Quién es Citlalli Amaya?
Es una mujer de barrio que nació en una colonia popular, que tiene 33 años, que como carrera profesional escogió la psicología con la decisión de buscar servir, transformar y ser un agente de cambio. Soy una persona que cree en el desarrollo de las personas y familias.
Y eres la Citlalli que logró el triunfo, pero a las pocas horas de tomarlo se lo quitaron.
Mi triunfo es la oportunidad que me da la vida de estar cerca de la gente y de servirles. En efecto, lo que le pasa a San Pedro Tlaquepaque es una gran injusticia porque yo gané la elección de manera legítima, caminando los barrios, las colonias, atendiendo las necesidades, platicando con la gente que me dio su confianza.
Ganamos, fuimos a un voto por voto donde tuvimos la oportunidad incluso de recuperar algunos a favor de Movimiento Ciudadano, se nos impugna en el Tribunal del Estado, ganamos las impugnaciones; se nos impugna en la Sala Regional de Guadalajara, fallan a nuestro favor y, el 30 de septiembre a las cinco de la tarde en un acto solemne, tomo protesta, pero a las pocas horas hay una resolución del Tribunal Federal que dice que la elección se anula.
Y se anula por el dicho de un tercero, por un video del ex cardenal Juan Sandoval Íñiguez donde atañe un mensaje que dice: “no voten por el partido del poder”, pero jamás menciona a Citlalli Amaya, a Movimiento Ciudadano o a mi proyecto político. Es un atropello a la voluntad de más de 60 mil personas.
¿Cómo fue esa tarde para Citlalli, decides rendir protesta sabiendo que a la par debatían un caso en tu contra?
Yo estaba tranquila porque no consideramos que fuese un argumento sustancial para echar abajo una elección, sobre todo porque es muy vago, claro que consideramos que sería algo que no tendría trascendencia.
A las dos horas nos damos cuenta de que la decisión anulará la elección y claro que es un momento de mucha frustración, de no entender qué es lo que está pasando, de un encuentro de emociones porque detrás de llegar a la presidencia de San Pedro Tlaquepaque hay horas de desvelo, trabajo, pasión, proyectos de vida y, de pronto, todos esos sueños se vienen abajo.
Al final la votación se prolongó porque fue muy reñida, yo estuve observándola. Rendimos protesta y nos fuimos a verlo de manera electrónica. En ellos mismos incluso se trató de una decisión muy encontrada porque de último momento había tres magistrados a favor y tres en contra, dependía del presidente del Tribunal la decisión.
Fueron momentos de incertidumbre, pero yo soy una mujer de instituciones, yo acato, bajo protesta porque me parece arbitrario, porque creo en la democracia, en la voluntad de la mayoría. Me parece arbitrario el fallo, pero esta resolución no me detiene, seguiré defendiendo los sueños y derechos de la gente de Tlaquepaque desde la trinchera que me toque. Estoy tranquila.
¿Confías en que la ciudadanía no cambiará de opinión y volverá a respaldar tu proyecto?
Estoy convencida de que la democracia la marca la mayoría, y esa mayoría es la voluntad de los ciudadanos, es el pueblo que pone y el pueblo que quita, a ellos les tocará decidir cuál es el rumbo de San Pedro Tlaquepaque, qué es lo que quieren para sus familias y cómo buscarán esta siguiente oportunidad para los próximos tres años; yo estoy convencida de que seguirán refrendando este proyecto.