El 10 de Mayo quiero tiempo con mi familia y que mis alumnos aprendan: Lourdes Mateos

EDICIÓN FIN DE SEMANA

Lourdes resaltó que para ser madre e investigadora, es fundamental contar con un sistema de apoyo.

Lourdes Mateos Espejel, investigadora | Jesús Zavala
Jaime Zambrano
Puebla /

El mejor regalo para una madre es pasar tiempo con la familia; mientras que lo que más se aprecia de los estudiantes es que apliquen los conocimientos aprendidos en la solución de problemas que se presentan en la vida.

Lourdes Mateos Espejel, madre de Luciana e investigadora en Comunicación y Medios Digitales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), así como académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), señaló que cada rol que desempeña, en determinado momento, tiene su dificultad; sin embargo, disfruta la maternidad.


“Yo tengo una niña de 15 años, entonces, desde que nació cambió mi vida totalmente. Ser mamá es parte de lo que soy, no lo veo como algo externo, es parte de mi vida. Lo que sí, es que desde que llegó, cambió mucho mi carácter en el sentido de ser más fuerte en mis decisiones, más centrada en mis objetivos”, destacó.

Ante el 10 de Mayo, día en que se festejan a las madres en México, la investigadora poblana explicó que el mejor regalo que puede recibir es contar con tiempo de calidad para compartirlo con su hija.

“El mejor regalo es el tiempo para tus hijos, en este caso, el tiempo en el que sí le puedas hablar, puedas comprender y puedan ponerte del otro lado. Cuando uno tiene un hijo, uno siempre se pone del lado del hijo. Claro, tienes tus propias ideas, tus propias creencias, pero en mi caso, el mejor regalo es tener tiempo con ella para entenderla”, apuntó.

Respecto a su faceta como docente, la académica destacó que el mejor regalo consiste en que sus estudiantes entiendan los conocimientos adquiridos y los apliquen en la resolución de problemas.

“El mejor regalo es que sus alumnos le hagan caso, en qué sentido, que entiendan las cosas y que la sepan aplicar. Eso significa que durante el semestre no solo es que asistan a clases. A veces, les digo que lo más importante no es la calificación, lo mejor es que al final del semestre, cuando estamos haciendo los proyectos, puedan aplicar el conocimiento”.


En entrevista para MILENIO Puebla, Mateos Espejel destacó que, actualmente, a pesar de las dificultades, puede combinar su faceta como madre y su trabajo como investigadora en el área de comunicación en las instituciones de educación superior de las que forma parte.

“Cuando uno entra a este mundo de la academia, de la investigación, pues, hay mucha presión por calificar, por tener un mayor grado, por asistir a congresos y eso involucra mucho tiempo, estar trabajando los fines de semana. El hecho de que mi niña conozca lo que hago y desde pequeñita haya entendido quién soy y a lo que me dedico, desencadena que nos vayamos adaptando”, expresó la académica.

Para ser madre y, al mismo tiempo, investigadora, es fundamental contar con un sistema de apoyo, es decir, con familiares y amigos que brinden su ayuda en momentos complicados, explicó la académica.

“El sistema de apoyo es muy importante, sobre todo, para las mujeres que quieren desarrollarse. ¿Quiénes integran ese sistema de apoyo? Pueden ser tus papás, tus cuñados, tus suegros. En estos casos, son mis papás. La academia exige mucho tiempo y hay que estar saliendo para hacer trabajo de campo, ahora estoy trabajando con agricultores. Agradezco mucho este sistema de apoyo por parte de mis papás para poder salir adelante y, también, tener la tranquilidad. Uno de los grandes retos que tienen las mamás y que quieren superarse en cualquier ámbito, laboral, sobre todo, es este sistema de apoyo que es indispensable”, apuntó.

Actualmente, la madre e investigadora se especializa en la comunicación de la ciencia en el ámbito agrícola, en particular, analiza las dificultades que tienen los agricultores de Puebla y de estados vecinos como Morelos y Tlaxcala para adoptar las innovaciones que se generan en el área de biotecnología.

“Estoy trabajando con los biotecnólogos para darles a conocer cuáles son esas dificultades, esas limitaciones que se pueden encontrar cuando los grandes desarrollos ya están listos y no se adoptan. El biotecnólogo está en otra formación, más en la creación de la tecnología de innovación y no está pensando en el sistema social, en las creencias y en los valores que tienen los agricultores. Estamos buscando que los biotecnólogos puedan comunicarse con los agricultores de una manera efectiva, comprendiendo al agricultor sobre por qué no adapta la innovación”, destacó.

AFM

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