El fervor que despierta la Virgen de Guadalupe entre los regiomontanos es especial.
Como cada madrugada del 12 de diciembre, miles de feligreses se volcaron a la Basílica de Guadalupe, en la colonia Independencia, para cantar las mañanitas.
La fiesta católica que se vive en todo el país, reunió esta noche del 11 y madrugada del 12 de diciembre a más de 120 mil personas, de acuerdo con el director de Protección Civil estatal, Miguel Ángel Perales.
“Primera aparición, amanecer del sábado nueve de diciembre de 1531”, reza un mensaje en una capilla donde la figura de la Virgen de Guadalupe tiene a sus pies cientos de veladoras prendidas que dejan sus creyentes, quienes le agradecen, le piden.
“Vine a pedirle por mi familia, que les dé salud, soy de aquí de unas cuadras arriba”, cuenta Bertha, una mujer de 76 años que camina con un andador. “Aquí me traen, antes venía caminando sola, pero ya no puedo”.
La visita al templo es como un ritual para los regiomontanos: los churros, las comidas, los dulces, las piezas de artesanía, las colchas, los matachines.
Las procesiones para entrar a la Basílica no cesan. Los que no alcanzan asiento, entran caminando lentamente por el centro, solo para poder acercarse un momento a la gran figura de la Virgen de Guadalupe que adorna la Basílica y hacer una reverencia. Otros, prefieren darle la espalda y tomarse una selfie.
Conforme se acerca la hora de la misa, que es oficiada por el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, el tumulto de gente se aglomera de tal manera que ya no hay forma de entrar a escucharla. La voz de monseñor se pierde entre los cohetes, el baile de los matlachines y el murmullo de la gente.
En el medio de la fiesta, también existen los antagonistas de la Virgen de Guadalupe.
“Solo cuando acabes tu recorrido, acuérdate de Dios. Él es el que te verdad te ayuda, es al que debes de agradecer, él no necesita intermediarios”, grita un hombre a los feligreses, hasta que una mujer se acerca para callarlo.
En el interior, la devoción por la figura católica se nota en las caras de la gente. Ahí están también, como ya es tradición en esta fiesta, los representantes del gobierno de Nuevo León, Manuel González, secretario general de gobierno, Adalina Dávalos, presidenta del DIF, y otros funcionarios estatales. El gobernador no acudió.
Así sigue la fiesta de la Virgen de Guadalupe, en la colonia Independencia, que desde el 11 de diciembre de 1982 es hogar de la Basílica de Guadalupe, que en lo que resta de diciembre será visitada por los creyentes.