Sergio, un repartidor de 24 años, se dirigía a entregar medicamento cuando, al levantarse la mica del casco, una abeja clavó su aguijón en su ojo derecho, generando daño en el globo ocular debido a las toxinas.
Karla Verdiguel Sotelo, encargada del Banco de Tejido Corneal del Hospital General de la Raza, detalló que el aguijón fue directamente a la córnea de Sergio donde, una vez incrustado en el tejido, liberó toxinas y ocasionó la muerte celular en el tejido próximo a la lesión.
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Por lo regular, abundó Verdiguel, el daño tóxico en el nervio óptico, inclusive en la retina, generó una pérdida visual irreversible.
“Por fortuna, éste no penetró por completo en el globo ocular, se quedó en los primeros dos tercios de la córnea, lo que ameritó una resección para movilizarlo, ya que fue imposible su retiro en forma manual”, precisó.
Aún así, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lograron retirar el aguijón y evitaron un daño mayor en la visión del paciente.
La mejor manera de reconstituir la superficie ocular es con un tejido donado, “la gran fortuna que tenemos con el Banco de Tejido Corneal es que hay tejido disponible en todo momento para la atención oportuna de estos pacientes”.
“En un promedio de 40 minutos, se hizo un mini trasplante lamelar anterior de tres milímetros, con lo que pudimos retirar toda la toxina de la superficie y reconstruir la córnea de manera inmediata”, explicó Verdiguel Sotelo.
Sergio trabajaba, el pasado 31 de enero, en la entregar un pedido cuando la abeja clavó su aguijón en el ojo derecho y las toxinas comenzaron a generar un daño en el globo ocular.
Existen pocos casos documentados, explicó la especialista, en la literatura médica de aguijón en la superficie ocular y, en la mayoría de éstos, el desenlace no siempre es la conservación de la visión o del ojo.
Por ello, la especialista recalcó la importancia de la donación de órganos y tejidos en México, para tenerlos en el momento que el paciente lo requiera.
Verdiguel indicó que Sergio ya tiene una recuperación casi al 100 por ciento de la visión, hay que esperar un par de meses para retirar las suturas, rehabilitarlo visualmente y reintegrarlo a su actividad familiar, social y económica.
En tanto, el paciente describió que al sufrir la picadura “sentía como si tuviera una espina que me lastimaba el párpado, el ojo lo tenía completamente cerrado”.
Señaló que es mínimo lo que falta para recuperar la vista: “corrí con mucha suerte de haber llegado y que me atendieran de inmediato”, dijo Sergio.
ROA