Mario Alberto García Avilés es un joven abogado de 28 años, licenciado en derecho por la universidad UniverMilenium de Toluca, Estado de México. Apasionado por su profesión, desde hace cinco años asesora a personas discriminadas por vivir con VIH y ayuda en trámites de divorcio por transmisión del virus después de una infidelidad.
“En 2015 inicié ayudando y asesorando a personas que viven con VIH, así como también a personas que no pueden tener acceso a su tratamiento retroviral y ahora imparto clases para conocer los derechos que tienen estas personas. Falta mucha apertura en lo social y educativo, pero si podemos dar un paso en esto, lo haremos con gusto”, explicó a MILENIO.
Tiempo más tarde, empezó a dar clases de Derecho en la universidad CUGS y al ver su trabajo por las personas con VIH, sus alumnos le pidieron cursos para entender con claridad y sin prejuicios esta enfermedad.
“Me gustó la idea de que tuvieran la iniciativa de aprender sobre el tema; ya que muchos de ellos no tenían bien definido el concepto de la enfermedad, algunos pensaban que la palabra SIDA y VIH solo era una enfermedad para personas homosexuales y que una vez que te diagnostican, te vas a morir. Fue una apertura muy buena por parte de mis alumnos”, detalló.
Y con ello, empezó a explicar a sus alumnos qué hacer cuando un cliente llega con una demanda de divorcio por VIH y qué hacer con los hijos, así como en derechos laborales para detectar discriminación.
Incluso, Mario Alberto y sus alumnos ya proponen una reforma al Código Penal, para que servidores públicos sepan cómo expresarse de una persona que vive con VIH/SIDA y no lastimar emocional y socialmente a los afectados.
Y existen más escuelas que han buscado sus servicios para ofrecer este tipo de clases, por lo que Alberto detalla que las autoridades educativas con las que ha trabajado han aceptado con libertad y sin prejuicios, que este profesor de derecho imparta sus clases con profesionalismo.
Defiende los derechos de los menores
Aparte de apoyar a la diversidad sexual y otros sectores vulnerables que viven con VIH, este abogado también defiende a niños, pues detalla que son otra población que en algunas ocasiones nacen con la enfermedad.
“Me gusta enfocarme más en niños y niñas que tienen VIH, esto luego de que sus mamás se lo transfirieron al momento de nacer, o también trabajo con menores que sufrieron un abuso sexual. Enfocarme en esta población me ha cambiado la vida, pues llegan cientos de casos y poderlos ayudar, es una buena satisfacción”, expresó.
Dijo que la población LGBT+ ya está muy apoyada por organizaciones civiles que defienden sus derechos, por lo que centrarse en menores de edad es otra forma de llevar un activismo penal y social para no dejarlos en el desamparo.
Y aunque no pertenece a alguna asociación civil, en ocasiones él junto con familiares y amigos, desde sus bolsillos, apoya con medicamentos, juguetes y alimentos a estos niños que viven con VIH o a sus mamás o papás que no tienen trabajo para solventar gastos en casa.
“En Navidad fuimos padrinos de algunos niños, que a algunos de ellos no les iban a traer nada en Reyes, por lo que decidimos darles regalos y útiles para que sigan estudiando desde casa. También buscamos vinculación laboral para estos padres y sigan solventados medicamentos y despensa en casa”, externó.
Su activismo y lucha es por un amigo que falleció por SIDA
Alberto tiene claro su objetivo social en esta vida: ayudar a quien más lo necesitan y ese es el pulso que a diario le da fuerza para defender los derechos de niños y personas que viven con VIH, se la dio un amigo que falleció hace cinco años de SIDA.
“Arturo antes de dejar esta tierra me dijo que hiciera todo lo que he logrado en cinco años, que en un futuro pudiese crear una asociación, ya que él quería que no sufriera más gente al tener un diagnóstico temprano. Él no quería que más personas vivieran lo que él vivió”, recordó.
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Él y su amigo estudiaron la misma carrera, pero tras el diagnóstico ya no asistió ni a la foto de graduación y un 6 diciembre, falleció.
“Era mi hermano, mi confidente y mi pareja, y todo lo que estoy haciendo es para rendirle un homenaje a él. Cada año lo recuerdo con todo mi corazón, porque el día que él se fue, se me fue mi vida”, detalla.
Aunque Alberto no vive con VIH, trata de apoyar a quien lo necesite, pues su trabajo lo ha acercado a decenas de historias y pone a su disposición su cuenta de Twitter para quien desee solicitar sus servicios puedan hacerlo con confidencialidad y seguridad.
“Mi twitter es @LordAboga_92 y quien desee con confianza pueden acercarse para un asesoramiento, seguro y transparente”, finalizó.
DMZ