Abuelito en León se gana la vida cantando en camiones, pese a covid-19

Historia

Para ganarse la vida, Gilberto, de 68 años, cambió su profesión de abogado por una guitarra. Ahora lucha contra la falta de trabajo y el coronavirus.

Abuelito en León se gana la vida cantando en camiones pese a covid-19
Axel Rivas
León /

Gilberto es un hombre de 68 años edad que hace tiempo se dedicaba a la profesión de abogado; sin embargo, desde hace más de 14 años cambió las leyes por una guitarra para ganarse la vida, y ahora lucha contra la falta de trabajo y el coronavirus.

Para Gilberto dejar de trabajar no es una opción, pues aun con todos los problemas actuales a la vuelta de la esquina, para él no es un impedimento seguir adelante, incluso si lo que hace no va de acuerdo a los títulos que ha obtenido mediante sus estudios.

"Yo tengo como catorce años de tocar, antes trabajaba yo en un buffet jurídico, soy licenciado en derecho, pero ya no hay trabajo, con todo y titulo, con todo y una cédula, ya no hay trabajo, yo tengo una edad pero ya no hay trabajo" relata Gilberto.

Además, dado a su edad y a la situación actual, no ha podido encontrar trabajo, pues no pasa que le digan que dentro de unos días, la empresa le marque para ofrecerle el empleo.

"Yo sé hacer muchas cosas, pero lo normal llegas, pides un trabajo y te dicen 'si como no nosotros le llamamos', y nunca llega esa llamada, y mi familia come diario", dice.

Relata que él, como todos, tiene miedo de contagiarse de SARS-CoV-2, no obstante, expresa que es más probable que muera por hambre que por coronavirus.

"Que ando con miedo, si, sí ando con miedo, todos andamos con miedo, todos sabemos que es una realidad el covid, pero te voy a decir una cosa, ya ahorita pues de covid estoy consiente que no voy a morir, en cambio de hambre puede ser que si" expresó Gilberto.

Con sus ingresos tiene lo suficiente para mantener a su mujer, e incluso para sus hijos pues aun cuando ellos trabajan, cuando les surge algún problema económico Gilberto no tiene problema de salir a trabajar para poder conseguir los ingresos pues en sus palabras "uno no deja de ser padre".

Es así como Gilberto, uno de los tantos leoneses que viven en la ciudad, se gana la vida honradamente tocando en el transporte público de la oruga.

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