Abuelitos veracruzanos celebran la vida después de vacunarse contra el coronavirus, disfrutando por primera ocasión las cálidas aguas de playa Miramar, a pesar de las recientes lluvias y la bandera negra que ondea por el fuerte oleaje.
Raymundo y Teresa Medrano de 86 y 80 años, emprendieron un viaje desde su hogar en el municipio de Naranjos, Veracruz en compañía de sus familiares para disfrutar de unas cortas vacaciones de verano.
Señalaron los octogenarios que es la primera ocasión que vienen a playa Miramar, y esto lo hacen después de haberse vacunado ambos para hacer frente el coronavirus, ya que se sienten muy felices de haber recibido la dosis de la vida.
“Cuando por fin nos logramos vacuna contra el coronavirus, nos dimos cuenta mi esposa y yo, que habíamos sorteado un gran obstáculo de la vida, por lo que decidimos emprender un viaje que tanto habíamos pospuesto para conocer playa Miramar”.
Raymundo comenta que los cómplices de este viaje fueron sus hijos y nietos, quienes al ver que ya habían vencido en parte a esta enfermedad decidieron subir sus maletas a los vehículos para trasladarse por tierra a este municipio del sur de Tamaulipas.
“Fueron mis hijos quienes al escuchar nuestros proyectos para el fin de semana se dieron a la tarea de hacer los preparativos previos, mismos que se concretaron con la salida a carretera, algo que estamos atesorando demasiado ya que se vio una verdadera unión familiar”.
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A su arribo se toparon con los filtros sanitarios en los accesos a playa Miramar en donde autoridades de los tres niveles de gobierno los abordaron para poder solicitarles las reservaciones que realizaron desde la tarde del sábado por la plataforma Compra TAM.
“Hay mucha seguridad para poder ingresar a playa Miramar, sin embargo los que están en esos filtros son muy amables tanto al pedirnos la reservación y decirnos qué hacer y que no en nuestra estancia en el máximo paseo turístico”.
Destaca el patriarca del hogar que el tocar por primera ocasión la arena que proviene de las cristalinas aguas del Golfo de México, es algo inolvidable que pudo compartir con su amada esposa a quien le da las gracias de que esté a su lado en los tiempos difíciles como de felicidad.
“No hay mayor felicidad en mi vida que ver ese rostro majestuoso de felicidad que dejaba ver mi querida Teresa, ya que no solo yo no conocía el mar sino también ella este día fue algo que nunca podrá olvidar”.