Acatzin Benítez Salgado es un estudiante del Estado de México, que participó en la simulación de una misión en Marte al obtener una beca de la MarsMoon Astronautics Academy & Research Science (MMAARS), y su objetivo fue monitorear los signos vitales de posibles tripulantes en el planeta rojo.
Actualmente cursa el séptimo semestre de Ingeniería Médica en la Facultad de Medicina de la UAEMex y sus estudios lo han impulsado a mirar hacia las estrellas.
“Participé como astronauta análogo, es decir, en una simulación de un viaje tripulado a un cuerpo celeste, en este caso fue Marte, lo realizamos en el desierto de Mojave, en California, del 10 al 27 de agosto con el objetivo de estudiar la presión fisiológica, psicológica de larga de seis o siete meses”.
Su trabajo fue “monitorear los signos vitales de los astronautas mañana, tarde y noche, además de desarrollar protocolos de seguridad, de salud, de bienestar, nutrición, psicología y ejercicio, con estos protocolos nos permitió mantener la salud de los astronautas”.
De manera paralela, realizó un proyecto de investigación sobre el análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, para estudiar indirectamente de manera no invasiva al sistema nervioso autónomo. Derivado de ello, se obtuvieron indicadores de estrés y riesgos cardiovasculares que son estudiados para evitar que una misión tripulada las padezca.
Crearon el planeta rojo
Si bien Marte se encuentra a 399 millones de kilómetros de la Tierra, lo cierto es que la ciencia puede generar ambientes simulados. Para este ejercicio en el que participó Acatzin fue en un hábitat en medio del desierto, en donde se enfrentaron a condiciones consideradas como hostiles. Con la finalidad de que el ejercicio fuera más preciso, se simularon temperaturas superiores a los 45 grados durante la tarde y en la noche de menos 15 grados; vientos extremos de 40 o 45 kilómetros; así como el aislamiento de los evaluados.
“Esto nos permite estudiar la cuestión más fisiológica o psicología en un ambiente de asilamiento y cómo sería en una expedición, es lo más parecido a Marte”.
Con estas condiciones, señaló, se pueden probar otro tipo de tecnologías para que se utilicen en el futuro como rovers, drones, tecnología médica y brazos robóticos, entre otros. “Todo lo que se realiza en misiones análogas, la idea es escalarlo hacia el espacio”.
De Tejupilco a las estrellas
Nació en este municipio al sur del Estado de México que tiene múltiples carencias en materia tecnológica. Si bien la mayoría de su vida la pasó en Toluca, no deja de recordar con cariño su tierra de origen. “No solo es el apoyo de mi familia también de mis vecinos, me apoyan bastante en lo que hago y eso se siente bastante cool, el sentir no solamente el apoyo familiar sino también del lugar donde naciste y es importante, porque es una pequeña semillita para los jóvenes de donde creciste aunque me tocó desarrollarme un poco más en Toluca”.
Recientemente desarrolló un libro de astronáutica para niños, con el que a través de imágenes y colores, pueden estudiar qué es lo que pasa en el espacio y se interesen más allá de las fronteras establecidas por los hombres. “Que los niños y los jóvenes se den cuenta que el espacio es como un lienzo en blanco, que nosotros podemos usarlo y esa es la intención de acercarlo a la comunidad”.
Acatzin tiene dos objetivos: el primero es viajar a Marte, pero antes, formar parte de un equipo de investigación en la nación más grande del mundo. “Participar en próximas misiones espaciales análogas y esperemos que pronto pueda ser el primer astronauta mexicano, pero la misión es Rusia”.
Reconoció que México ha dado destellos de qué es lo que desea en torno a su participación en el futuro en materia espacial. “Ya dimos los primeros pasos, ahora nos resta despegar, el papel está en nosotros como jóvenes y como profesionistas”.
MMCF