Aunque la aprobación de una ley que prohíbe el uso de popotes de plástico en el estado de Nuevo León a partir del 2020 que promete combatir en cierta medida la contaminación ambiental, lo cierto es que según información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las acciones ciudadanas podrían ser el factor más determinante en el éxito o fracaso de las medidas que adoptan las ciudades, estados o países alrededor del mundo en el marco de esta problemática social.
Según un documento de Naciones Unidas, titulado Estado de Derecho Ambiental: Primer informe global, publicado el jueves 24 de enero, la cooperación internacional ha generado mil 100 acuerdos ambientales de 1972 a la fecha, y agregó que aún no existen organismos ambientales sólidos capaces de hacer cumplir a cabalidad las leyes y reglamentos sobre medio ambiente que han sido aprobadas.
El informe de la ONU concluyó entre otras cosas en que ciudadanos informados, activos y comprometidos en el cuidado ambiental contribuyen significativamente a que los gobiernos adopten mejores decisiones, a que la iniciativa privada aplique medidas más responsables, además de que catapultan al éxito leyes ambientales como la que se aprobó hace unos días en el estado de Nuevo León.
En este mismo documento, se precisa que la escasa coordinación entre organismos gubernamentales, una capacidad institucional debilitada, la falta de acceso a la información, la corrupción y una participación cívica reducida contribuyen a una deficiente aplicación de las leyes ambientales en los distintos países que han impulsado leyes proambientales.
A raíz de esto, durante el 2018 la ONU lanzó la campaña Sin contaminación por plásticos, donde como parte de las acciones invitaba a estudiantes y a la sociedad en general a adoptar pequeñas acciones que luego puedan transformarse en actos colectivos que impacten positivamente el ambiente.
Según estudios de la ONU, cada año se vierten entre ocho y 13 millones de toneladas de plástico a mares, lagos y ríos, situación que amenaza la vida marina y humana, y destruyen alarmantemente los ecosistemas naturales.
De acuerdo con el Informe Estado del Plástico 2018 de ONU Ambiente, las botellas de plástico tardan 500 años en degradarse, los cubiertos 400 años, los popotes 100, los vasos hasta 75 años, en tanto que las bolsas plásticas, 55 años.