A poco menos de un mes del día de la Virgen de Guadalupe, el Santuario de la Basílica ya luce con importante afluencia de peregrinos y visitantes.
En un recorrido se pudo constatar que los feligreses ya comenzaron a abarrotar las misas en el templo, localizado en la colonia Independencia. Las peregrinaciones y los danzantes llegan constantemente a presentar su ofrenda y bailar en la explanada del lugar.
Mientras los creyentes acuden a la Basílica a presenciar la misa, otros van a pasear y a consumir los platillos y postres que los comerciantes ofertan en los alrededores.
El aroma de los clásicos churros y pan de elote se respira en las calles aledañas, al igual que los puesteros se colocan con sus elotes preparados, buñuelos y champurrado.
Sin embargo, por la tarde del sábado el ambiente festivo fue interrumpido por un operativo de Comercio de Monterrey. Un grupo de inspectores y de policías municipales arribaron al sitio, por lo cual los ambulantes que se apostaron en la entrada de la Basílica corrieron con sus puestos para evitar ser sancionados.
Uno de los oficiales que acudió a hacer la revisión manifestó que quienes huyeron de su lugar de venta no cuentan con el permiso municipal y no pagan impuestos.
"Hay comerciantes que pagan sus impuestos, y esto es vía pública, no se puede hacer eso", dijo.
Muchos paseantes se asombraron y criticaron el operativo. "Ya van a empezar con los abusos", expresó la señora Mariana, una de las visitantes.
Los comerciantes afirmaron que los inspectores de Comercio van a diario a hacer revisiones, por lo cual deben moverse de lugar constantemente.
En los alrededores también hay varios franeleros, quienes advierten que es necesario andar con cuidado, pues los ladrones se han hecho presentes en la zona en los últimos días.
"Agarraron aquí a varios, también cuando van al cajero automático les roban. No traiga su celular en la bolsa del pantalón", recomendó un vecino de la tercera edad.
Minutos después del suceso todo volvió a la normalidad y los matlachines siguieron llenando la explanada del templo, donde lucían sus penachos y su atuendo mientras danzaban en honor a la Virgen.