Hace más de 30 años el señor Ignacio García y su esposa María llegaron a vivir a la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, con su esfuerzo y trabajo duro construyeron una casa. Con el tiempo, vieron llegar a sus hijos y los vieron crecer, ir a la escuela, formarse y después casarse.
La madrugada de un 31 de octubre, esto cambió para siempre. En entrevista, el señor Ignacio recordó que se había acostado con su esposa y su hijo se encontraba fuera de casa, un vecino de la zona tocó a su puerta gritando: “Salgan, salgan, ahí viene el gas”. Explicó que al asomar la cabeza observó una gran columna de humo que se aproximaba a su casa.
“Le dije a mi mujer, vámonos, no pensamos ni en su silla de ruedas, porque eso iba a volar en cualquier momento”, mencionó.
Explicó el olor a gas era intenso, recordó que algunas familias por la temporada tenían veladoras prendidas en sus altares, por lo que dijo: “esto va a explotar, hay que irnos”; sin importar otra cosa, los esposos corrieron para salvar su vida.
En el camino se encontraron con su hijo, quien en su camioneta logró sacarlos hasta San Felipe, desde donde observaron las dos explosiones de aquella madrugada que terminó con su patrimonio.
“Mi otro hijo estaba en la CAPU, ahí trabaja y dice que desde ahí vibraron los cristales y se vio la columna de humo, imagínese la distancia”, comentó.
Agregó que al amanecer vieron cómo empezaron a llegar los elementos de la Guardia Nacional, militares, policías y bomberos, quienes no los dejaron sacar sus cosas hasta días después del percance y solo les dieron dos horas para juntar sus pertenencias.
“En dos horas no íbamos a sacar nada, entre el 80 y el 70 por ciento de nuestras cosas se perdió, no tenemos nada”, explicó.
Refirió que por años él trabajó en el mercado La Victoria y vivió el desalojo que se realizó hace más de 30 años, para dar pie a un proyecto de rescate, afirmó que les dieron dos días para sacar sus cosas y aun así muchas se perdieron, por lo que, a decir del señor Ignacio dos horas fueron muy poco y perdieron todo su patrimonio.
Agregó que, en su momento, el gobernador de la entidad declaró en rueda de prensa que a las familias afectadas les entregaría un “kit de muebles”, no obstante, refirió que hasta el momento no ha recibido nada.
El pasado mes de agosto su familia y otras 27 personas recibieron una nueva casa en Lomas de San Miguel; no obstante, en este punto aún hay muchas cosas que faltan para que puedan desarrollarse, en palabras de don Ignacio, no hay luz, agua ni transporte público.
Detalló que debe bajar hasta el penal de San Miguel a pedir un taxi para movilizar a su esposa, ya que usa silla de ruedas, por lo que paga más de lo necesario para un trayecto. A esto se suman los 900 pesos que gasta en pipas de agua y la inseguridad en la zona.
"Hemos escuchado como se llevan las cosas, las puertas, los baños, hasta los tinacos se llevan, pero somos dos personas grandes, además, si queremos ir a algún lado tengo bajar media hora caminando hasta el penal y volver por mi esposa y ya irnos", señaló.
Don Ignacio García destacó que debido a la falta de servicios básicos y de transporte en la zona, solo tres casas se encuentran habitadas y en algunas los dueños acuden constantemente.
Tras un recorrido en la vivienda, la pareja mostró que se encuentran haciendo algunos cambios y adecuaciones para mejorar la infraestructura de su hogar, y de esta forma poder hacerlo más seguro ya que temen por su integridad y la de su familia debido a la inseguridad de la zona.
CHM