En el albergue de El Refugio decenas de hondureños cohabitan, unos se bañan y lavan su ropa, otros acomodan las pocas pertenencias en sus mochilas, y algunos se sientan en las camas para ver alguna película en la modesta televisión que guarda el pequeño espacio. Así vivieron los primeros integrantes de la caravana migrante su llegada a Tlaquepaque, Jalisco.
El viernes 40 migrantes llegaron al albergue, para hoy ya se habían ido ocho. Dos de estos, una pareja casada se identificó como miembros de la caravana; agarraron ride directo de la ciudad de México hasta acá, y una vez en el área metropolitana abordaron un taxi que los llevó a El Refugio.
La mayoría hombres y de Honduras, quienes permanecieron en Tlaquepaque se preparaban para salir entre hoy y mañana rumbo a la frontera con Estados Unidos en un pequeño grupo. Otros, esperarán a que lleguen más miembros de la caravana para continuar su camino con ella.
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Temprano esta mañana tocó las puertas del refugio una brigada integrada por personal Secretaría de Salud estatal, así como de trabajo social, psicología y asesoría jurídica de Tlaquepaque.
Equipados con papeletas y un maletín con medicamento, se tomó registro de las edades y padecimientos de quienes viajan, y se les ofreció a los migrantes atención médica y de cualquier otro tipo a su alcance, que requieran durante su paso por la ciudad.
Se busca tener control, y prevenir contagios y enfermedades, por lo que se les informó también sobre la sintomatología de algunos padecimientos que podrían tener al viajar en grupo, y del dengue, zika y chikungunya. Además, para prevenir estas últimas, se va a nebulizar la zona del albergue.
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Esta casa de El Refugio, alojada a un costado del templo del mismo nombre en las faldas del cerro del 4, es de los espacios que brindan ayuda al migrante que más identifican los viajeros, por lo que se proyecta que en los próximos días se sature de miembros de la caravana, pues si bien se habilitará el auditorio Benito Juárez como refugio para ellos, no todos vienen juntos.
El padre Alberto Ruiz, encargado del albergue, señala que la idea es que éste sirva de punto de paso, y que de allí se traslade a los centroamericanos al auditorio. Mientras éste se adecua, poco a poco miembros la caravana que salió de Honduras van llegando en partes a Guadalajara, ciudad cuyo territorio forma parte de la ruta de Occidente, una más larga hacia la frontera norte, pero consideran un poco más segura.
SRN