Alexander Zatyrka y los retos de una universidad con identidad

El martes 4 de marzo dará su tercer informe de actividades en el Auditorio Pedro Arrupe, S.J.

Alexander Zatyrka (Especial)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

Alexander Zatyrka avanza por las calles de Guadalajara, el bullicio del tráfico y las voces lejanas filtrándose en la llamada. Va camino a Palacio de Gobierno, un trayecto simbólico si se quiere, porque desde que asumió la rectoría del ITESO ha tenido que moverse entre los espacios del poder y los de la resistencia, entre la educación y la política, entre la gestión y la incertidumbre de un país donde la educación superior es un territorio en disputa.

El martes 4 de marzo dará su tercer informe de actividades en el Auditorio Pedro Arrupe, S.J. No es solo un recuento administrativo, sino una especie de declaración de principios: qué es el ITESO, qué papel juega en el país, por qué sigue creciendo cuando tantas otras universidades se desploman. No es menor que este año el informe se titule “Comunidad con identidad”, justo cuando la universidad celebra 50 años de haber formulado sus Orientaciones Fundamentales, el documento que define su misión y valores. En un contexto donde muchas universidades privadas funcionan con la lógica del lucro, el ITESO insiste en ser una institución de interés público, donde 62 por ciento del alumnado recibe algún tipo de apoyo económico.

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¿Qué logros ha tenido el ITESO?

Zatyrka es un jesuita con formación en Economía Agrícola por la Universidad de Cornell y un doctorado en Teología en Innsbruck, Austria. Habla con calma, pero con la precisión de alguien que ha pensado mucho en lo que dice. Cuando se le pregunta por los logros de su gestión, no duda: la universidad sigue creciendo. La matrícula de licenciatura aumentó un 1.3 por ciento, pero lo más llamativo es el crecimiento de 15 por ciento en posgrados, en un momento en que muchas universidades ven reducirse sus programas de educación superior.

El informe no solo hablará de números, sino del impacto del ITESO en el debate público. En abril del año pasado, el Instituto Nacional Electoral eligió a SignaLab, el laboratorio de análisis de redes de la universidad, para procesar las preguntas ciudadanas del primer debate presidencial. Fue un movimiento arriesgado. La universidad terminó en el centro de la discusión política, en medio de la polarización del país. “Nuestro interés no es político, pero sí analítico”, dice Zatyrka. Lo cierto es que el ITESO no solo colaboró con el INE, sino que organizó foros estudiantiles y presentó una agenda de seguridad pública para los candidatos presidenciales. La universidad ha hecho de la reflexión sobre la violencia un eje de su trabajo: talleres de mediación, programas de resolución de conflictos, espacios de cultura de paz. No es solo un discurso. Es, dice el rector, una posición institucional.


¿Cómo ha sido la expansión del campus?

En el informe del 4 de marzo también habrá espacio para hablar de la expansión del campus. La Prepa ITESO, que nació con la idea de recibir 60 estudiantes por generación, ha crecido de manera inesperada. La primera generación egresó con 172 alumnos y, con la inauguración del nuevo Edificio Poniente, la matrícula subirá a 300 estudiantes. También avanza la construcción del Edificio Oriente, que albergará la Escuela de Negocios y la Facultad de Derecho.

El futuro es otro de los temas clave del informe. En agosto, el ITESO abrirá dos nuevas ingenierías: una en sistemas embebidos y otra en gestión de inteligencia artificial. Pero Zatyrka insiste en que la tecnología no es el único reto. “No se trata solo de formar ingenieros, sino de reflexionar sobre lo que estas herramientas significan para la sociedad”. El ITESO está trabajando en crear un espacio de discusión sobre la inteligencia artificial desde una perspectiva humanista.

Cuando se le pregunta cuánto tiempo más estará en el cargo, responde con precisión jesuítica: de acuerdo con los estatutos, le queda un año, aunque podría haber una ratificación por dos años más. Lo que le interesa, dice, es que el ITESO mantenga su identidad. “No somos una universidad con fines de lucro. Reinvertimos todo en educación, en becas, en infraestructura”, explica.

El martes 4 de marzo, cuando suba al escenario del Auditorio Pedro Arrupe, Zatyrka no solo hablará de lo que ha pasado en el último año. Será un balance, sí, pero también una reafirmación de lo que el ITESO representa. No es una universidad cualquiera. No es un negocio. No es un refugio. Es, como insiste su rector, una comunidad con identidad.


SRN



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