Ante la relevancia que ha cobrado el feminismo en la discusión pública en México, surgen diversas preguntas acerca de qué es, sus objetivos, quiénes se determinan como tal, etc. Una de las discusiones más antiguas dentro de este movimiento es la referente al papel de los hombres en él.
En los feminismo existen diversas posturas acerca de esta cuestión. Catalina Ruiz Navarro, autora de Las mujeres que lucha se encuentran, texto de busca ser una guía ante las cientas de preguntas que aparecen cuando uno pretende adentrarse en la teoría por primera vez, agrupa la polémica en dos grandes posturas.
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Y es que la noción de “aliados” depende de la aproximación que se tenga al feminismo. Existen personas que lo entienden como un movimiento por, para y sobre las mujeres y la búsqueda de mejores condiciones de vida, así como equidad de género en lo social, político y económico. Desde esa perspectiva es imposible identificar hombres feministas, ya que no experimentan las opresiones que se buscan denunciar.
Por otra parte, está quienes lo ven como un movimiento para combatir la opresión estructural, sistémica e institucional que atraviesa a todas las personas y que afecta particularmente a quienes se identifican como mujeres. Es ese caso, cualquier persona que esté dispuesta a deconstruir su forma de pensar y cuestionar genuinamente sus privilegios, podría llamarse feminista.
Pero más allá de si a un hombre cisgénero se le puede otorgar el “título” de feminista a no, Catalina explica que se debería sospechar de aquellos lo busquen de forma utilitaria, ya sea para obtener beneficios económicos, admiración, capital político, etc. al nombrarse de esa forma.
“Si un hombre cis no se incomoda profundamente con el feminismo es porque no está entendiendo de que se trata. Cualquier hombre sensible, inteligente y comprometido con la equidad usará su privilegio para acabar con las desigualdades y abrirles espacios a las mujeres y escucharlas con la humildad necesaria”, explica a propósito de este tema en su libro, y añade que “nadie les va a dar una estrellita por dejar de ser machistas, ya que es lo mínimo para que haya equidad en nuestra sociedad”.
La escritora también reconoce que la razón por la que muchas feministas no aceptan los hombres dentro de sus lucha es porque se necesita de espacios seguros y propios, mismos que históricamente se le han negado a la mitad de la población.
Finalmente, la también creadora de contenido digital, señala que lo de menos sería el mote, ya que “si un hombre está verdaderamente comprometido con la equidad de género, poco le importará el asunto nominal y hará lo que le corresponde sin esperar reconocimientos”.
BGHL