'Alimentos para la caridad', una luz contra la pobreza y el hambre

Día Mundial de la Alimentación

La carencia alimentaria es un factor impactante en el seno familiar; familias de la urbe industrial presentan una mayor necesidad, refiere su titular Fernando Astaburuaga

Asociación Civil Alimentos para la Caridad nació en 1996 (Yazmín Torres)
Leticia Gutiérrez
Tampico /

Hipócrates, padre de la Medicina, dijo que la principal prevención contra las enfermedades es llevar una buena alimentación; sin embargo, pocos logran contar con este bienestar, mientras la pobreza sea la principal enemiga de su día a día

En Tampico, Madero y Altamira, al menos 14 mil 500 habitantes son beneficiados por la Asociación Civil Alimentos para la Caridad, que nace en 1996, llevando a colonias y comunidades productos en perfecto estado, que antes no eran aprovechados.

Desde ese entonces, comenzó un gran reto para el organismo que en 25 años ha conseguido mantener el beneficio no solo al sur de Tamaulipas sino también al norte de Veracruz.

Fernando Astaburuaga Pazzi, presidente de la asociación, dijo que ayer como hoy la carencia alimentaria es un factor impactante en el seno familiar, siendo la urbe industrial quien presenta una mayor necesidad.

Al menos 14 mil 500 habitantes son beneficiados por la Asociación Civil Alimentos para la Caridad
“Alimentos para la Caridad'' surge en aquella época ante una necesidad que incluso se generó simultáneamente en otros tres puntos de la República. Sin tener contacto entre nosotros, nos dimos a la misma tarea y aprovechamos productos que estaban en perfecto estado para su consumo humano y con toda la calidad nutricional”.

Explica que al estar próxima la fecha de su caducidad, por madurez o porque se deshizo el racimo, en los casos de frutas y verduras, los supermercados los desechaban o destruían y entonces se pusieron a disposición del organismo para hacerlos llegar a comunidades y colonias necesitadas.

Fue así como empezaron a apoyar a las familias de escasos recursos económicos, con productos que aún servían, que sus nutrientes estaban intactos y debían ser aprovechados.

Este 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), cuya meta para 2030 es la de disminuir el hambre en el mundo, el reto “Hambre Cero”, por lo que se viene trabajando desde 1979.

Por tal motivo, Alimentos para la Caridad aún en medio de la pandemia de covid-19 siguió dando continuidad a su labor de llevar despensas a aquellos rincones donde la carencia alimentaria es muy alta. Y es que fue precisamente esta crisis sanitaria la que disparó la necesidad de muchas familias debido al impacto económico que trajo consigo.


Actualmente hay 58 bancos de alimentos en la República Mexicana y Tampico forma parte de esta red de abasto en apoyo a la ciudadanía de menores ingresos económicos.

“Aprovechamos bienes, servicios y alimentos que eran desechados y hoy contribuyen a combatir el hambre y la desnutrición, específicamente por la pobreza e insuficiencia alimentaria”.

Astaburuaga Pazzi destacó que actualmente reciben del campo agrícola el 20% de toda la producción, que no reúne quizás la apariencia adecuada para ser comercialmente vendida, pero el producto tiene esa garantía, es saludable.

“Hoy acopiamos muchísimo del campo de producción agrícola; de ahí sacamos miles de toneladas al año, incluso tenemos alrededor de 14 mil 500 beneficiarios. A nivel nacional con 58 bancos de alimentos, son millones los que obtienen de este apoyo”.

La labor de la asociación está ligada al Banco de Alimentos de México, es el rescate de productos para canalizarlos a quienes más lo necesitan; dichos bancos están distribuidos en San Luis Potosí, Querétaro, Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, por citar algunos.

“Para nosotros el Día Mundial de la Alimentación es muy importante, porque se hace énfasis precisamente de esta necesidad y de buscar soluciones a la insuficiencia alimentaria. Hay muchos recursos que se pueden aprovechar y poner a disposición de quien más lo necesita y se está haciendo en un esfuerzo muy valioso”.

Asociación Civil Alimentos para la Caridad (Yazmín Sánchez)

La pandemia, dijo, abrió una enorme área de oportunidad y permitió aflorar la solidaridad de la gente para ayudar a quien más lo requiere, haciendo posible llevar beneficios a 14 mil 500 personas.

La Asociación Civil distribuye hasta 150 toneladas de alimentos de manera mensual, un proceso maratónico que va desde acudir a los centros de producción y tiendas de autoservicio hasta llegar con el destinatario final.

En los supermercados les separan los productos buenos, para después empacarlos en cajas o bolsas que se envían a 47 comunidades previamente evaluadas con una coordinadora de reparto, con sensibilidad para el trabajo social.

Fernando Astaburuaga reconoce que hay un reto importante porque cada día crece la necesidad, por lo que desea extender su labor a pesar de los limitantes recursos pero con mucho amor al prójimo.

Narra que en mayo de 2020, cuando el covid-19 se posiciona como una amenaza mortal a la salud de los tamaulipecos, se disparó la necesidad pero al mismo tiempo la sensibilidad de las empresas en apoyar, con lo que nació la “Iniciativa Alimenta”. 

“Se hicieron donativos y así nace un proyecto que, además de las despensas que venimos dando desde hace 25 años cocimos frijol, 12 mil raciones diarias, así estuvimos en abril y agosto, luego no aguantamos el costo del mismo y bajamos a 6 mil raciones, después se hizo tres veces a la semana, después de ser diario, donde 4 mil son beneficiados”.

Los 18 trabajadores y 15 voluntarios de este organismo, jamás se confinaron porque no hubo entre ellos brote alguno del virus SARS-CoV-2.

El director de Alimentos para la Caridad refirió que de 14 mil 500 apoyos que se brindan, existe además una lista de espera de tres grupos de 80 personas, es decir, aproximadamente 240.

Lo vital en estos 25 años es que ahora las empresas de la zona que tienen excedente de alimentos, ya no desechan sus productos no comerciables, por el contrario lo donan y se aprovechan.

“Falta mucho por hacer, hay pobreza, gracias a Dios los estragos de la pandemia se están reduciendo, pero ha dejado mucha sensibilidad en empresas y personas, tenemos que seguir trabajando y echarle ganas para ayudar al prójimo”, finalizó.

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