Los 45 grados de temperatura en la ciudad no son nada para un hombre de Monterrey, quien por 40 años ha pasado por lo menos ocho horas diarias junto al fuego, con 80 grados, en su oficio de parrillero.
Para Donato Medina Martínez llegar a los 40 grados de temperatura en Monterrey no significan nada.
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“Yo ando como si nada, porque le digo que agarra uno experiencia con la lumbre”.
Con 40 años trabajando como parrillero, a diario se pasa hasta 18 horas junto al fuego, asando pollos y carne, con un calor de entre 60 y 80 grados.
“Parece que una vez marcaron 80 grados, con las dos carboneras encendidas, eso sí es calor, porque en el asador marca unos 60 grados”, mencionó el trabajador.
Donato comienza en la madrugada, preparando el carbón, que luego, ya encendido en su punto, pasa al asador, con los pollos que estarán listos a partir del mediodía.
Es tanto su adaptación, que pese a estar junto a las llamas y andar de un lado para otro, ni suda.
Para cuando empieza la venta, deben tener listos todos los pollos y la carne, por eso el fuego arde permanentemente. Es tanta lumbre que han llegado los bomberos, y no precisamente a comprar pollo.
“Primero venimos a preparar a las dos de la mañana, y pasa la gente y ve humo, y varias veces han llegado los bomberos porque les reportaron un incendio, pero es donde estamos preparando todo”, mencionó.
Con cuatro décadas viviendo literalmente entre el fuego, Donato ya está curtido con estos calores, que para él, son como estar con aire acondicionado.
mrg