En una comunidad marginada a cinco horas de Monterrey, lejos de una tablet, laptop, sin energía eléctrica para encender el aire acondicionado y sin la posibilidad de hacer caravana, Adriana Quintero y Mairin Guillén recibieron un reconocimiento por haber terminado la secundaria con 9.7 de calificación, por lo que estarán atentas para inscribirse a la preparatoria más cercana a su comunidad.
Josué Francisco Vázquez Aguirre, profesor de la escuela ubicada en la Presa de Quintero, Doctor Arroyo, adscrita al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) de Nuevo León, informó que las dos adolescentes se graduaron en su salón de caliche de 3 por 3, mientras que 4 niños más ingresarán a tomar clases.
“Estoy muy contento de haber contribuido para tener la primera generación que se graduó. Para mí es un verdadero orgullo mis dos alumnas graduadas, Mairin y Adriana, ya que trabajaron de una manera sobresaliente durante los 3 años y sobre todo en este año de pandemia cumplieron con todo lo solicitado, entregaron a tiempo sus tareas y terminaron el ciclo escolar... Eso me llena de alegría, tener alumnos tan estudiosos, continuaré hacia adelante brindado mi tiempo y energías para seguir dando educación a niños y jóvenes”, expresó el profesor.
En el cuarto de caliche, dijo el maestro, la única luz es la que entra por la puerta que debe estar abierta y sujetada por una silla anaranjada, ahí, los infantes decoraron su salón de clases con corazones, globos de colores y unas cuantas serpentinas.
Vázquez Aguirre, uno de los 650 profesores que Conafe tiene en el estado, se dio a la tarea de trasladar en su bicicleta, durante más de una hora, 26 pastelillos de chocolate para un grupo de niños que acudieron a la ceremonia de graduación, al tiempo que también ingresó con dos diplomas y dos obsequios para las graduadas.
Entre las necesidades que requieren los futuros policías, militares y doctores, destaca la de un espacio más amplio y cómodo, porque ahora con los de nuevo ingreso serán 10 personas en un cuarto de 3 por 3, pero también requieren de material escolar como cartulinas, diccionarios, marcadores, libros de cuentos, fábulas, leyendas, energía eléctrica, tablets y agua para no ir muy lejos por ella.
Hace unas semanas MILENIO visitó la comunidad para conocer la historia de Óscar e Ismael, la cual es solo una de los 4 mil niños y jóvenes que hay en las comunidades más marginadas de Nuevo León; los profesores, en su mayoría jóvenes, son los encargados de combatir el analfabetismo con más de 200 ejercicios didácticos para los niños.