Con el regreso a clases presenciales volvieron también violaciones a derechos humanos de los estudiantes en escuelas públicas y privadas, pues se les niega la educación por no presentar un determinado corte de cabello o traer un color de zapatos distinto, afirmó el psicoterapeuta Gabriel Rubio Badillo.
Advirtió que este tipo de prácticas, sumadas a las “cargas brutales de tarea” están dañando aún más la estabilidad emocional del alumnado, que llegó a las aulas con fuertes problemas de ansiedad, estrés y depresión, derivados de la pandemia.
- Te recomendamos Alumnos tamaulipecos tendrán apoyo pedagógico por rezago Comunidad
El especialista señaló que se les discrimina empleando estereotipos y roles de género, pues se impide el ingreso a las mujeres si tienen el pelo corto, ya que por reglamento deben llevarlo recogido y peinado con un listón de cierto color.
En el caso de los hombres, tampoco se les permite entrar al plantel si rebasan determinado nivel de pelo corto, o si sus zapatos no son de un color o estilo específicos, e inclusive si el tono de la suela es distinto.
“Se están violentando derechos humanos en instituciones públicas y privadas porque ningún reglamento está por encima de la Constitución y no se puede discriminar a un alumno empleando estereotipos y roles de género. El hecho de que sea mujer no la obliga a usar el pelo largo, ni a los hombres cortarlo a cierto nivel”.
Rubio Badillo mencionó que hay situaciones más graves, y los prefectos, orientadores, maestros o directores no se están ocupando, como el rezago académico de dos años que trajo el tomar clases a distancia.
“No perdemos de vista la disciplina, la formación y el respeto; que prevalezca el sentido común, hay padres que no tienen dinero para un uniforme completo y en la escuela están regresando a su hijo porque no lleva determinado tipo de zapato, es un atropello”.
Destacó que no se deben seguir empleando argumentos retrógradas ni conceptos sexistas. “Hubo un caso donde una maestra exhibió frente a todo el grupo a una chica por traer el pelo corto, la hizo sentir profundamente avergonzada por no cumplir el reglamento, ¿y el impacto emocional que le produjo?, la pintó como si hubiera hecho la peor de las atrocidades”.
- Te recomendamos Municipios, con rezago en detección de violencia de género: Instituto Tamaulipas Comunidad
Gabriel Rubio refirió que algunos prefectos han llegado al extremo de peinar a las alumnas, olvidando que no deben ni tocarlas porque pueden incurrir en delito. “Exhiben y denigran, actúan como gendarmes, acosan, amenazan e intimidan”, reiteró.
Comentó por otro lado, que las “cargas brutales y exhaustivas” de tarea, son una práctica antipedagógica porque no deja a niños y jóvenes tiempo para otras actividades que completan su formación.
El psicoterapeuta concluyó que en algunas de estas tareas, los ponen a copiar textos, cuando lo que deberían hacer es promover su pensamiento crítico y analítico.
SJHN