Amigos, familia y escuela. Así han cambiado las relaciones sociales por el covid

Fernanda está iniciando su vida universitaria, no conoce físicamente a ninguno de sus compañeros, a sus amigos los contacta solo por videollamada, y ahora vive con 10 gatitos a los que adoptó y les dio un hogar.

Fernanda Moreno, estudiante de universidad. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Mineral de la Reforma /

Fernanda Moreno vive en Mineral de la Reforma, en una casa que rentaba con algunos de sus compañeros quienes decidieron regresar a sus estados de origen y ahora ella comparte el espacio con cuatro gatos adultos, y seis que nacieron durante la contingencia sanitaria.

Está a punto de cumplir 18 años, le gusta vivir en este lugar y, además de contar con el apoyo de sus padres que radican en Veracruz, ella ha decidido emprender su negocio de repostería para cubrir los gastos que representa vivir sola y continuar con estudios, aunque le ha sido difícil hallar un trabajo estable por no contar con la mayoría de edad.


Durante la emergencia sanitaria se ha cuidado, "no salgo con mis amigos a quienes solo veo por videollamadas", y será la próxima semana cuando podrá aplicarse la vacuna contra el covid-19, "una enfermedad que nos ha arrebatado a muchos amigos y seres queridos".

"Ya estoy esperando ansiosa a que me toque el día de la vacuna, porque el encierro ha sido muy difícil, la falta de trabajo, así como la falta de dinero para mis papás, situación que se ha visto reflejada en todos los integrantes de la familia y como estudiante, preferiría la escuela presencial porque no se aprende igual en línea, no tenemos prácticas físicas y es imposible aprender de la misma manera.
"Actualmente estudio en el Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), acabo de entrar, y me estaré adaptando al cambio porque empezar las clases de forma virtual no es sencillo, además de que no conoces a nadie de forma física", explica.

Mientras hace anotaciones en su libreta, los pequeños gatitos juegan con los objetos que Fernanda deja sobre el sofá en donde toma sus clases y hace las videollamadas con sus amigos. Este ambiente le ha ayudado a que la ansiedad y la depresión no la atrapen ante una situación nueva, y solo espera que todo "regrese a la normalidad".

"Extraño a mis amigos, pero prefiero hacerlo a través del celular porque me da miedo contagiarme y que pueda transmitirles el virus a mis papás cuando los voy a ver a Veracruz, así como a mis abuelos y mis hermanos, es por todos, no sólo por mí.
"He tenido situaciones de ansiedad y depresión, por el encierro, porque de un momento a otro cambió mi forma de vida, corté comunicación física con mis amigos y familia, por lo que es difícil, pero mis gatos me ayudan, ahora también me dedico a su crianza porque fueron llegando a casa durante la pandemia y pues dos de las gatitas estaban esperando bebés, ni modo de sacarlas a la calle, ahora tengo una gran familia", expresa con una sonrisa.

Durante este confinamiento, Fernanda se ha propuesto a aprender un poco más, así que ha tenido la posibilidad de tomar clases de cocina viendo videos de Youtube, ha dibujado y leído, "pero luego me aburro y mejor me pongo a jugar videojuegos, con el fin de entretenerme, porque no puedo hacer nada más si la cuestión es cuidarnos", dice.

Señala que en su estado natal los casos de contagios han aumentado y, lamentablemente, familia y amigos se han contagiado, "y algunos de ellos han muerto, por lo que no nos queda más que cuidarnos.

"Para mí la vacuna es prevención, porque sabemos que con la inoculación no se erradica al cien por ciento la posibilidad de contraer el virus, por lo que solo es una forma de prevenir, de cuidarnos. Yo solo deseo que esto pare, que los contagios y las muertes no se sigan dando y que podamos regresar algún día a la normalidad", dice, mientras abraza amorosamente a un felino, que decidió quedarse en esta casa, donde aman a los gatos.

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