La modificación de 12 de 16 polígonos de protección de playas de anidación de tortugas en Jalisco y en otros ocho estados de la república, ya genera polémica y protestas entre los habitantes de las zonas afectadas, por posibles afectaciones a sus propiedades, al uso de los recursos naturales, e incluso ante la posible relajación de la vigilancia en las “zonas de amortiguamiento” propuestas en la línea de costa.
Jalisco posee cuatro de los 16 santuarios involucrados en la propuesta publicada el 5 de junio de 2018, en el Diario Oficial de la Federación, por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), y que consiste en modificar el decreto “por el que se determinan como zonas de reserva y sitios de refugio para la protección, conservación, repoblación, desarrollo y control de las diversas especies de tortuga marina”, del 29 de octubre de 1986, y que afecta playas santuario de los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán, además de esta entidad.
Son las playas Ceuta y El Verde Camacho (Huizache Caimanero), en Sinaloa; Mismaloya (el más largo de los santuarios del país), Teopa, Cuitzmala y El Tecuán, en Jalisco; Maruata y Colola, y Mexiquillo, de Michoacán; Piedra de Tlacoyunque y Tierra Colorada, en Guerrero; Bahía de Chacahua y Escobilla, en Oaxaca; Puerto Arista, en Chiapas; isla Contoy, en Quintana Roo; Ría Lagartos, en Yucatán, y Rancho Nuevo, en Tamaulipas.
“En doce de los dieciséis santuarios existen registros de anidación de tortugas más allá de los límites decretados, por lo que una parte del esfuerzo reproductivo de las especies queda fuera del área natural protegida. Asimismo, en algunos casos existen áreas en buen estado de conservación aledañas a los santuarios, que constituyen sitios relevantes para las tortugas, por los procesos ecológicos que ahí se desarrollan”, señala el estudio técnico justificativo, cuya consulta ya terminó, pero los afectados señalan por haber sido “extemporánea” en varios casos.
El propósito, añade el documento, es “fortalecer los aspectos técnicos de los santuarios tortugueros, en cuanto a la definición del polígono de protección, la precisión en su ubicación, determinación de la superficie y el establecimiento de una zonificación para su manejo efectivo, de conformidad con lo establecido en los artículos 58 y 62 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y en los artículos 62 al 65 de su Reglamento en Materia de Áreas Naturales Protegidas”.
Para doce de las 16 playas, “se propone ampliar la superficie protegida para incluir las zonas de anidación registradas fuera del polígono y/o ecosistemas de manglar o duna en buen estado de conservación. Esta incorporación se justifica porque se requiere una aproximación ecosistémica de protección del hábitat de anidación, considerando que se trata de un sistema dinámico con procesos que influyen de diferente manera en las fases terrestres del ciclo reproductivo: anidación, incubación, eclosión y producción de crías”.
Las modificaciones planteadas “permitirán dar cumplimiento a la legislación vigente, mejorar el manejo de los santuarios, así como brindar certidumbre a los particulares y a las dependencias encargadas de la conservación, protección y vigilancia de los recursos naturales en cada una de las áreas. Con ello se contribuirá a alcanzar los objetivos de conservación y recuperación de las poblaciones de las especies de tortugas marinas, así como a fortalecer las alianzas con los pobladores vecinos de los santuarios, en aras de reducir la presión sobre las especies mencionadas y los ecosistemas en los que habitan”.
Los santuarios Ceuta, El Verde Camacho (Huizache Caimanero), Mismaloya, El Tecuán, Maruata y Colola, Mexiquillo, Tierra Colorada, Bahía de Chacahua, Escobilla, Puerto Arista, Ría Lagartos y Rancho Nuevo “no abarcan la totalidad de las playas arenosas, y dado que las tortugas buscan playas abiertas de poca pendiente, libre de vegetación y sin obstáculos, con frecuencia anidan en sitios no incluidos dentro de las coordenadas del decreto de 1986”.
Estas anidaciones “llegan a representar hasta 47 por ciento o más del total [sic], lo que hace necesario ampliar los santuarios para que incluyan todas las playas de anidación, tal como lo señala dicho instrumento”.
CASO MISMALOYA
Mismaloya, en Tomatlán, al centro del litoral de Jalisco, es la playa protegida más larga del país, con 69 kilómetros de longitud. Si sale adelante la propuesta, será aún más larga, pues se extendería otros 15.58 kilómetros hacia el sur.
“Los registros de anidación más importantes de tortuga golfina se presentaron hacia el margen sur del santuario y fuera de éste. Los informes anuales del campamento tortuguero Chalacatepec, ubicado en el extremo sur del santuario, señalan que durante las temporadas 2013 y 2014 se registraron 9,990 nidos, de los cuales 7,755 [77.63 por ciento] se ubicaron en la playa sur, y de éstos, 3,910 nidos se registraron fuera del polígono del santuario, a partir del kilómetro tres hasta el último kilómetro monitoreado hacia el sur […] lo que corresponde a 39.5 por ciento de los nidos registrados por el campamento Chalacatepec para este periodo”.
De este modo, “se propone extender el límite del santuario 15.58 km hacia el sur para ampliar el polígono e incluir las zonas de anidación que actualmente están sin protección. La zona a incorporar comprende del kilómetro tres hasta el kilómetro siete de esta playa donde se registraron 3,910 nidos de tortuga golfina”. Así, “la superficie propuesta alcanza las 810.67 ha, lo que representa un incremento de 29 por ciento con respecto al polígono actual del área natural protegida y comprende una franja extensa de playa con poco declive, en la que domina vegetación de dunas costeras en buen estado de conservación”.
Los ejidatarios y pequeños propietarios de la zona, correspondiente a los municipios de Tomatlán y Cabo Corrientes, se quejan de no haber sido consultados ni en tiempo ni en forma.
“Tuvimos una reunión con los ejidos de Villa del Mar, Ipala, Vista Hermosa, San Carlos, El Portuzuelo; están preocupados porque el polígono que están poniendo es muy ancho, inclusive se encima con los ejidos, agarra parte del área de vegetación, mientras el decreto original sólo eran el mar y la zona federal marítimo-terrestre”, explica el asesor técnico de las comunidades de Cabo Corrientes, Gonzalo Curiel Alcaraz.
Destaca el enojo de los campesinos porque han colaborado en el cuidado de la zona, al impedir el saqueo de nidos y la muerte de tortugas, “nosotros le apostamos a la efectividad de los comités de vigilancia ambiental, y a la vigilancia de los usos recreativos, y se ha mejorado mucho la presencia de tortuga marina; siento que la justificación está muy endeble para cambiar esto […] nosotros creemos que algunos grupos al interior de la Conanp quieren hacer un coto de poder a costa de los derechos de los habitantes de la costa”.
Los ejidatarios de la zona se reunieron en un taller con la Conanp el 19 de agosto. Pero el plazo de la consulta ya había vencido.
No lo ve mejor el presidente ejidal de El Portezuelo, Pedro Donaldo Mendoza. “En el Estudio Técnico Justificativo para la modificación del decreto de 1986, se mencionan tres principales motivos: a) ajuste de polígonos, b) establecimiento de la zonificación y usos generales, y c) ampliación del polígono del Santuario Playa de Mismaloya. A este respecto, en realidad la única causa que tiene suficiente peso por sí sola como para poder generar todo este proceso, a nivel nacional, es la de la ampliación de los Santuarios con el fin de abarcar otras playas que no se incluyeron en el Decreto de 1986 ni en la recategorización de los Santuarios, en el 2002. Es claro que por sí solas o en conjunto el ajuste de polígonos y el establecimiento de una zonificación, no son razones con suficiente peso para justificar esta iniciativa dado que podrían tener solución más sencilla a través de otros procesos de tipo administrativo y de concertación social. Y aunque de lo anterior podrán existir otras opiniones distintas, esto no deja de ser cierto”, le escribe en una carta formal al director regional de la Conanp, Humberto Gabriel Reyes Gómez.
Agrega: “Ustedes proponen zonas de amortiguamiento, que pensamos no van a brindar precisamente eso, amortiguamiento para la zonfemat [zona federal], sino que propone en el documento que zonas de la misma playa y zofemat se alternen ya sea como zonas núcleo o como zona de amortiguamiento, brindando así zonas con un uso menos restrictivo y, que podría sonar bien en principio, pero para nosotros no para las tortugas”.
Si sale adelante el decreto, el santuario de Mismaloya se extenderá sobre casi 85 kilómetros de playa.
LOS OTROS SANTUARIOS DE JALISCO
Playa Teopa. Sin anidación fuera del santuario. “aunque no se propone ampliar la longitud de la playa, la parte norte del polígono se delimitó hasta la zona de vegetación para incluir toda la playa arenosa. Cabe mencionar que las playas de la parte sur del polígono se encuentran protegidas por la Reserva de la Biosfera Chamela Cuixmala e incluidas dentro del Sitio Ramsar 54 Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala”.
Playa Cuitzmala. “En este santuario también se presenta anidación en playas aledañas pero no se propone incorporarlas al santuario porque se encuentran protegidas por la Reserva de la Biosfera Chamela Cuixmala e incluidas dentro del Sitio Ramsar 54 Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala“.
Playa El Tecuán. “El santuario Playa El Tecuán tiene una superficie calculada de 36.33 hectáreas con una longitud de 7 km; no obstante, se presentan zonas de anidación de tortuga prieta (Chelonia agassizi) fuera del área bajo protección. Lo anterior, debido por una parte a la modificación de la línea del frente de playa por la dinámica costera y por otra, a que existen zonas a partir del límite del oleaje durante la marea alta y hacia atrás de la playa que son utilizadas por las tortugas de esta especie para anidar y se requiere que sean incluidas por su relevancia”. Se propone conservar la misma longitud de playa, pero incrementar la superficie del polígono en 15.98 ha para cubrir el perfil de playa, desde la zona de playa hasta el primer cordón de dunas.
El Dato:
En Jalisco se busca de garantizar la permanencia de la arribazón de cuatro especies de tortuga marina: laúd (Dermochelys coriacea), prieta (Chelonia agassizi), carey (Eretmochelys imbricata) y golfina (Lepidochelys olivacea).
A los cuatro santuarios federales se agrega el trabajo de protección que se realiza en las playas de Mayto, Colimilla, y toda la bahía de Banderas, para totalizar al menos nueve campamentos.
GPE