De cuatro años a la fecha, los contagios de hepatitis C en Jalisco bajaron hasta en un 89 por ciento. De acuerdo con Luis Alberto Ruiz Mora, director general del Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida (Coesida), desde que se pusieron en marcha los programas contra la eliminación de esta enfermedad en Jalisco, los casos van en decremento, de forma gradual. En 2021, por ejemplo, se contabilizaron 536 casos, para 2022 la cifra bajó a 405, en 2023 fueron 203 y, en lo que va de este año, existe el reporte de 56 personas con el padecimiento.
“Estamos enfocados a una detección en grupos vulnerables, o clave para que para el año 2030 la incidencia la hayamos reducido a un 90 por ciento, y el último componente de esta cascada de atención es que el 80 por ciento de los casos hayan ya recibido tratamiento”, expresó.
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A la cabeza de los grupos más susceptibles a contraer esta infección viral está el sector de personas que usan drogas inyectables, con el 60 por ciento del total de los casos; le siguen quienes que tienen vida sexual activa sin protección, con una variación de hasta el 15 por ciento.
En la lista también aparecen los trabajadores de la salud, con el 7 por ciento, ya que se dan casos en los que se han pinchado con agujas infectadas, por accidente, mientras realizaban su trabajo. Personas privadas de la libertad, quienes recibieron transfusiones de sangre antes de 1994 cuando se realizaban los procedimientos sin estudiar la sangre e, incluso, a los hijos de personas que tienen la enfermedad, también forman parte de estos grupos vulnerables y es en donde se han enfocado las autoridades con el programa nacional contra la eliminación de la hepatitis.
“Todos los contagios tienen que ver con el contacto directo con un fluido corporal, que es el que transporta al virus de la hepatitis. En el caso de las sustancias inyectables, puntualmente la sangre, es un alto porcentaje, y después los fluidos que intervienen el acto sexual”, indicó el director general del Coesida, quien agregó que el 60 por ciento de los casos puede llegar a una etapa crónica, pero su evolución puede variar entre los 20 y los 30 años.
Ruiz Mora también compartió que el empeño para bajar la incidencia es trascendental para una enfermedad que ha escalado de forma drástica en todo el mundo. Su nivel de complejidad hace que más del 70 por ciento de los casos devenga en casos graves y en otras enfermedades como cirrosis o cáncer, por lo que, dijo, se necesitaba de un esfuerzo colectivo para erradicar la enfermedad, junto al VIH Sida, de forma definitiva.
En 2016, la Organización Mundial de Salud detectó que este padecimiento era una amenaza para la humanidad y llamó a que en todo el mundo se adoptara la política de erradicar el hepatitis C. Se calcula que en el mundo hay alrededor de 50 millones de personas que viven con esta enfermedad. Para alcanzar los objetivos que se marcaron en la Asamblea Mundial de Lucha Contra las Hepatitis rumbo a 2030, en Jalisco se deberá reducir la mortalidad de las hepatitis virales, en un 65 por ciento, así como bajar 90 por ciento la incidencia en casos nuevos y que al menos el 80 por ciento de las personas con diagnóstico de esta enfermedad ya hayan sido tratadas.
El director del Coesida argumentó que para lograr todas estas metas es importante trabajar de la mano con cada uno de los municipios del estado, en conjunto con los Organismos de la Sociedad Civil y, sobre todo, de una forma descentralizada que les permita a las autoridades llegar a puntos clave donde se requieren este tipo atenciones especializadas.
“El tema de las hepatitis virales, VIH y toda las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) tienen que estar en agenda, no solo en agenda del gobierno del estado, sino en la agenda de los municipios, esa es la única forma en la que se posicionará una estrategia real de salud pública con la atención primaria a la salud, a lo que voy es que hoy en día una hepatitis C, que no tiene ninguna complicación, se puede atender en cualquier comunidad, en cualquier municipio, en las poblaciones pequeñas, siempre y cuando no tengan ninguna complicación asociada y que pueda tener esa atención, por eso el objetivo es que haya un enfoque a la atención primaria a la salud descentralizada” , expresó.
También es importante fortalecer la prevención de las hepatitis C con un énfasis en la prevención y sensibilización de la población en general; detección oportuna de la hepatitis; acceso universal a tratamiento para casos confirmados con hepatitis C y su seguimiento médico correspondiente y estrategias focalizadas en poblaciones más afectadas.
Con respecto a los demás hepatitis también se tiene una disminución, aunque mínima, por ejemplo, en lo que respecta a la hepatitis B, se tienen nueve casos en lo que va del año, contra los 48 que se registraron en 2023; mientras que en la A se tienen 185 casos al momento, contra los 295 del año pasado.
En incidencia total de la enfermedad, a escala federal, la entidad se ubica en el décimo peldaño, con 247 casos, ligeramente por arriba de la media nacional, con 241 casos. Las personas que deseen una prueba de detección de hepatitis podrán acudir al Centro de Atención Especializado en VIH y Otras ITS, ubicado en la Calle Gigantes 3298, en la colonia San Andrés, en el municipio de Guadalajara, de lunes a viernes, en un horario de 8:00 a 16:00 horas.
¿Cuáles son las recomendaciones del IMSS?
Para prevenir la hepatitis A, lave bien sus manos con agua y jabón, especialmente entre los dedos y las uñas. Evite consumir alimentos y bebidas en la vía pública y prefiera alimentos caseros. No coma mariscos crudos y tenga cuidado con las frutas lavadas con agua no potable. Use agua embotellada para beber y lavarse los dientes en áreas sin agua segura. Si no hay agua potable, hiérvala. Consuma los alimentos preparados de inmediato para evitar infecciones. Estas medidas ayudarán a reducir el riesgo de hepatitis A y mantener su salud.
MC