La Arquidiócesis de León invitó a las personas que se dedican a delinquir a hacer una reconversión en su corazón para acabar con la inseguridad en el estado y la crisis de Desapariciones Forzadas.
Marcos Cortés Muñiz, vocero de la Arquidiócesis, también hizo un llamado a los jóvenes que tienen problemas de adicción a las drogas para que pidan ayuda y en lo que respecta a las autoridades para que se comprometan a dar resultados en materia de seguridad y de desapariciones forzadas.
Dijo que todos en conjunto, además de la iglesia y con la ayuda de Dios, pueden realizar un cambio para garantizar la tranquilidad de las familias leonesas.
“Pues que se atrevan a transformar su vida porque eso finalmente no les va a hacer felices, yo sé que no, porque el corazón del ser humano siempre es noble, siempre, siempre, Dios nos ha dado un corazón noble, bueno y cuando se hace el mal siempre hay una resequedad en el corazón que nos estamos haciendo las cosas bien, que se acerquen a Dios”, comentó.
El sacerdote dijo que la situación de desapariciones en el estado es muy difícil para las familias y que incluso hay personas que se le han acercado y que están en espera de saber algo de sus hijos para pedirle ayuda.
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A las mamás que no saben algo de sus hijos les recomendó que tengan puesta su esperanza en Dios y que en él encuentren la paz, pues de acuerdo al evangelio, la palabra de Dios dice “No pierdan la paz”, pues cuando el ser humano tiene fe en su vida hay serenidad para poder ir por nuevos caminos aunque la situación sea la más trágica y lamentable.
A los gobiernos los llamó para que continúen en su labor sobre todo haciendo su misión que tienen encomendada lo mejor posible, pues toda autoridad viene de Dios y siempre va a ser hecha para hacer el bien para la sociedad y con ellos la iglesia se compromete a hacer mejor las cosas.
Mientras que a los jóvenes les pidió que tenga la capacidad de pedir ayuda y de acercarse a una persona, en especial a Dios, pues a veces el temor es sentirse indignos y pensar que son pecadores y para lo mejor es cambiar esa mentalidad y reconciliarse con Jesús a través de la misa y la oración.
PCQG