El arte como un vínculo con lo espiritual y la trascendencia, fue una de las preocupaciones que acompañó a el escultor, poeta, historiador del arte, arquitecto y pintor mexicano de origen alemán, Mathias Goeritz, a lo largo de su trayectoria artística.
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A través de la exposición El Arte Espiritual de Mathias Goeritz, con la cual se inaugura la reapertura del Museo Cabañas, este próximo 08 de septiembre, el curador Álvaro Vázquez Mantecón, quien trabajó en la selección de las 100 obras para integrar la galería y reflejar ambos temas, compartió el significado de espiritualidad que perseguía el artista alemán.
Es una preocupación que lo marcó a lo largo de toda su carrera artística, de los años 40 hasta prácticamee su muerte y que esta preocupación se convirtió a final de cuentas parte de una estranttegia de Goritz de construir un arte contemporáneo, de vanguardia, en espiritualidad casi como una estrategia de vanguardia.
Es una espiritualidad desde un punto de vista estético. Él lo que encontraba es que en lo espiritual uno podía aspirar a la calidad de un arte total, un arte trascendente que involucra las emociones.
La exposición está divida en tres partes, la primera muestra la influencia del primitivismo y las referencias bíblicas que utilizó Goeritz.
La segunda se basa en las obras creadas a finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta, donde busca la abstracción lumínica, la generación cuadros monocromáticos, a través de mensajes también religiosos, como los salmos.
La última muestra una serie de piezas que juega con los volúmenes geométricos haciendo referencia de cómo la geometría y la perfección de las figuras refleja también los conceptos religiosos.
Le importa la idea de Dios y trascendencia en distintas religiones y con ella se está armando la obra de arte. No es una obra de arte mocha, únicamente circunscrita al catolicismo, sino que es una más amplia porque encuentra en esta amplitud la posibilidad de hacer una vanguardia.
Además, Goeritz visualizó el arte como un servicio a la humanidad capaz de hacer conectar con lo más profundo del hombre.
Era un distanciamiento a lo que él consideraba la perversión de un arte que se ha mercantilizado y que aspira más a la banalidad del ego del artista a entender más el arte como una función de servicio y el artista como un servidor de la humanidad al permitirle generar sensaciones que son trascendentes.
De las colaboraciones del artista en la Perla Tapatía se encuentra, el pájaro amarillo que se ubica en el fraccionamiento Jardines del Bosque, también con la escultura Los amantes, que fue colocada en el ahora desaparecido Casino Guadalajara, y que tuvo que ser retirada porque provocó el disgusto de algunos clientes.
Debido a que Mathias Goeritz presentó una corriente contemporánea en su arte, sus ideas no siempre fueron bien recibidas, y a pesar de que su obra recibió reconocimiento, no dejaban de percibir el ambiente provinciano, conservador, que en ese entonces reinaba en la ciudad, comentó Álvaro Vázquez.
JMH