Artesanas y artesanos del Valle del Mezquital han aprendido a bordar desde la infancia las aves tradicionales que les ha dado identidad a las que han llamado “Flor y Canto”, pero a partir de que se dio a conocer el tema de la muñeca N’xutsi, se enteraron que, la iconografía de este bordado, ya fue registrado.
Ante la indignación, están luchando para que el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) cancele el registro de marca, pues se trata de un plagio, “el robo de nuestros bordados”, indicó Elizabeth Jiménez, coordinadora de Comunicación y Gestión Social de la Unión de Artesanos de Ixmiquilpan.
“Lo que nos preocupa más es el registro de la iconografía de los pajaritos, un bordado que es de lo más emblemático y representativo del Valle del Mezquital, así que nos hemos manifestado este pasado 1 de mayo, día en el que queremos instituir como el Día de la Dignificación del Pueblo Otomí.
El registro del cual hablamos lo habían tramitado para alcances internacionales y aquí alguien cometió errores y es necesario llamar a cuentas, porque lo que se estamos buscando es la anuación por parte del IMPI de ese registro cultural, de nuestra identidad y posterior a eso, se puede hacer un registro colectivo a favor del pueblo del Valle del Mezquital”, refirió.
Explicó que el IMPI no puede registrar bordados ni palabras de su lengua materna, tampoco la iconografía tradicional de sus bordados, porque pertenecen al pueblo Otomí.
“Tuvimos ocho años de litigio contra el IMPI ante el Tribunal Superior que en su momento, nos había negado la marca de Otomíes por ser de origen indígena.
Nosotros continuamos con ese proceso con el fin de que quede un precedente de que, en adelante, si a nosotros nos otorgaban ese registro de marca, ningún pueblo originario o ningún indígena se le negara ese derecho de contar con un nombre cultural o indígena”, manifestó.
Fue el pasado lunes cuando el grupo denominado “Guardianas de la Cultura Ancestral” exigieron que esta patente sea una marca colectiva o una denominación de origen, con la que sean beneficiadas todas las creadoras que, durante generaciones, han aprendido y bordado sus piezas, por lo cual reclaman su pertenencia.
“Nos están robando lo que es del pueblo del Valle del Mezquital y de principio es un saqueo, un tema de abuso de confianza, es un tema en el que, una vez más, se refleja la discriminación al pueblo indígena, porque a veces nosotros por desconocimiento ni siquiera podemos aspirar a tener la legalidad de algo, de manera colectiva donde hay muchas lagunas por parte de las diferentes instituciones y autoridades para blindar este tipo de situaciones, no con alguien en particular, que pudiera surgir al interior de la región, del estado, o de algún extranjero que se apropie del legado cultural para estampar bordados textiles y demás”, sostuvo.
Finalmente, indicó que hay mucho sentimiento de por medio por parte de las y los artesanos, “y las vemos en llanto por la impotencia de no saber qué hacer porque ellas no ven este tema de manera monetaria, si no que les están arrebatando esa esencia de la cual fueron herederas”, concluyó.