El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dedicó la misa dominical que encabezó en la catedral de Puebla a los tres agentes ministeriales que fueron asesinados en la zona de Tecamachalco mientras realizaban sus labores, José Adrián Muñoz Huerta, José Guillermo Méndez Arellano y Miguel Sánchez Rosas; al periodista Javier López Díaz, que falleció tras sufrir un infarto; al obispo emérito Rosendo Huesca y Pacheco, en el cuarto aniversario de su muerte; y a todos los poblanos que perdieron la vida por el covid-19.
Sánchez Espinosa lamentó el clima de violencia actual y expresó su cercanía con la Fiscalía General del Estado (FGE) y con los familiares y amigos de los tres agentes ministeriales asesinados el pasado 19 de noviembre.
“Mi cercanía y cariño a las familias que están aquí presentes de los agentes ministeriales que perdieron la vida en los días pasados” recordó.
Asimismo, dedicó palabras al periodista Javier López Díaz, quien falleció el pasado 23 de noviembre. Al mismo tiempo, Sánchez Espinosa recordó al arzobispo emérito de Puebla, Rosendo Huesca y Pacheco, quien encabezó la diócesis poblana desde 1977 y hasta el 5 de febrero de 2009, y falleció el 25 de noviembre de 2017.
El líder de la grey católica en Puebla expresó sus oraciones por quienes han fallecido por la enfermedad de la covid-19 que comenzó en marzo de 2020 y por quienes están pasando momentos complicados de salud.
Enciende arzobispo corona de adviento
Al encender la primera vela de la corona de adviento que simboliza el inicio de la preparación para la navidad, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, llamó a mantener la esperanza ante las adversidades como la enfermedad del covid-19, la violencia y los problemas económicos.
En el primer domingo del adviento, resaltó la importancia de que el ser humano comience su preparación para iniciar un cambio con el objetivo de ser una mejor persona. Destacó que, ante los problemas actuales que enfrenta la sociedad como las luchas políticas, la pobreza, la injusticia y la violencia, es momento de recobrar la esperanza y recuperar el ánimo y una actitud digna.
“En la mayoría de las ocasiones, los individuos y los grupos reaccionan con miedo y desánimo ante las grandes dificultades, a veces, con resignación, evadiendo la realidad y sacrificando cualquier solución posible. Algunos de los cristianos estaban asustados ante todo lo que vivían, parecido a lo que estamos viviendo ahora, luchas políticas, pobreza, injusticia, violencia”, comentó.
CHM