“Que dejen vivir a la gente su vida, cada quién es feliz tal como es”, es el mensaje que Gael envía a las personas que buscan invisibilizar la existencia de las personas trans y no binaries.
Si alguien observa a Gael de espaldas verá una larga cabellera negra que fácilmente puede ser confundida con la de una niña, pero si se le mira de frente, sus facciones lo hacen pasar por un niño de 10 años, aunque no es ni uno, ni otro. Gael forma parte de una infancia no binarie, identidad que desafía a un país que lucha por reconocer a la comunidad trans.
Es “une” “niñe” “distinte” a “les” demás de su natal San Pedro, en Milpa Alta –una de las regiones más rurales de Ciudad de México–, donde el patriarcado ha echado fuertes raíces. Ahí, su mamá Carolina, su hermano Joel y el novio de Carolina, Erick, le hablan usando sustantivos que terminan en “e”, es decir, usando lenguaje inclusivo.
“Niñes” como Gael —llamados también infancias trans y/o no binaries— han existido a lo largo de la historia, pero han permanecido en las sombras por miedo al rechazo o a la violencia. En los últimos años esta comunidad, junto con sus familias, ha luchado por ser visibilizada y por que se reconozcan sus derechos.
“Mi infancia en la primaria ha sido llena de alegría y color, todos ahí me tratan con respeto y nunca me han discriminado”, comentó Gael a MILENIO, mientras Carolina mencionó que al principio temía porque los niños y personal docente fueran crueles; sin embargo, la respuesta fue otra y su experiencia en esta etapa escolar ha sido exitosa y satisfactoria.
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Carolina siempre ha hablado con sus hijos sobre los desafíos a los que se enfrentarán por los comentarios y discursos de odio, en especial a los que recientemente han pronunciado diputados de ultraderecha, que intentan poner en riesgo la vida de la población trans y no binarie.
“Que dejen vivir a la gente su vida, que cada quién es feliz tal como es”, es el mensaje que Gael envía a las personas que buscan invisibilizar la existencia de las personas trans y no binaries.
Gael disfruta de jugar videojuegos, en especial Pokémon y Mario Bros, asimismo le encanta cambiar de ropa a sus muñecas entre las que se encuentran sus favoritas, Elsa, de Frozen y la villana Harley Quinn; le gusta crear estilos con combinaciones, por lo que uno de sus sueños en un futuro es dedicarse al diseño de modas y poder hacer su propio desfile.
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Un informe del INEGI del 2021 arrojó que 62.4 por ciento de las personas trans y/o no binarie antes de los siete años se dieron cuenta que su forma de ser o actuar no correspondía con su sexo de nacimiento, seguido de 20.3 por ciento de personas en la etapa de adolescencia de entre 12 y 17 años, y de 5.6 por ciento de la etapa de 7 a 11 años. Además, el informe resalta un 83.5 por ciento en la aceptación, el respeto y respaldo por parte de los padres y madres de familia.
En México, únicamente en Jalisco desde 2022 se puede solicitar el cambio de acta de nacimiento en menores de edad, que ha permitido a que familias de cualquier lugar del país puedan viajar al estado para realizar el cambio legalmente.
Las infancias pueden manifestarse como trans y/o no binarie desde los primeros años de vida, y es importante que desde ese instante se afirme y respete su identidad. Hay que tomar en cuenta que ser trans y/o no binarie no es una patología. Ser parte de la comunidad trans y/o no binarie va mucho más allá y solamente “elles” podrán decir con qué género se reconocen.
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